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Lugones | El capital humano

Juan José Fernández, el organista de los niños

La parroquia de Lugones cuenta con dos organistas. Además del titular, Joaquín Álvarez, un feligrés se encarga, de manera altruista y completamente vocacional, de tocar para y con los niños del catecismo. Se llama Juan José Fernández, y si bien comenzó a tocar para ayudar de manera transitoria al párroco, Joaquín Serrano, ha terminado por convertirse en una figura esencial del catecismo y del propio coro parroquial.

Juan José Fernández, que cumple 76 años este verano, había estudiado solfeo en Oviedo, aunque su trayectoria laboral, que inició en los desaparecidos Almacenes Eutimio Alonso, de la capital asturiana, le alejó de la música.

"Siempre me gustó la música, aunque no tenía tiempo", explica Fernández. Tras el cierre de los almacenes, que se ubicaban en la calle Pelayo y cuyo local lo ocupa ahora una tienda de una conocida cadena de ropa, el lugonense pasó a otro comercio del sector, Almacenes Emilio Gallego, donde se jubiló. "El anterior párroco de Lugones, don Fernando, me ofreció entonces tocar el órgano, pero mi padre estaba muy enfermo y no pude aceptar", explica.

Tras fallecer su progenitor, y con la llegada de Joaquín Serrano, Juan José Fernández volvió a las teclas, primero para acompañar al propio párroco y después para colaborar con el catecismo y el órgano, aunque no quiere desplazar a nadie. "Tenemos un organista estupendo, y el coro lo dirige a la perfección la señora Patricia, profesora de guitarra. Yo sólo quiero ayudar", sentencia. Porque en la parroquia, como en cualquier comunidad, lo importante es sumar.

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