Cuenta la leyenda que en el siglo XV unos balleneros candasinos que se encontraban faenando en las costas de Irlanda se vieron sorprendidos por una fuerte galerna. La nave estaba completamente a merced de la tormenta y los marineros decidieron ponerse a rezar, fiando sus opciones de supervivencia a la ayuda de una fuerza divina. En ese momento, divisaron un madero flotando en el agua y, al subirlo al pesquero, descubrieron que se trataba de una imagen de Cristo, que probablemente habían arrojado al agua los seguidores de la iglesia anglicana tras la ruptura con Roma. En ese preciso instante, el viento, la lluvia y las aguas se calmaron. Los marinos llevaron hasta la capital carreñense la figura y desde entonces el Cristo de Candás es el patrón de todas las cofradías de pescadores de Asturias.
El mito del Cristo de Candás se fue acrecentando con los años, y además de ser considerado guardián de los marineros de la región, comenzó a extenderse la creencia de que era un Cristo milagroso. Por ello, eran muchas la personas que, desde todos los puntos de la geografía española, visitaban la capital carreñense para hacer ofrendas a la imagen que descansa en la iglesia de San Félix, acompañadas de exvotos (muletas, figuras de cera, fotografías o cartas) que quedaban colgados en las paredes de la iglesia parroquial.
Desde hace unas semanas, la asociación "Candás Marinero", con la inestimable colaboración del párroco José Manuel García, digitaliza el grueso de las cartas y fotografías que estaban guardadas en la iglesia a modo de ofrenda. "Tratamos de recuperar todos los exvotos de la iglesia. En total conseguimos 615 fotografías, de las cuales 257 iban acompañadas de texto. También encontramos en torno a medio centenar de escritos dedicados al Cristo de Candás", explica Tito Aramendi, uno de los miembros de la entidad, que ha logrado escanear y clasificar los exvotos al patrón de las cofradías depositados entre septiembre de 1947 y el año 1986.
En este trabajo de recopilación, los integrantes de "Candás Marinero" encontraron exvotos relacionados con cuestiones muy diversas, desde "problemas de salud" a "estudios". "Hemos visto que, al principio, todo el mundo pedía por recuperaciones de enfermedades, mientras que con el paso de los años, en una época que ya coincidía con la caída de la fé en Dios, las súplicas iban más destinadas a un hijo que se iba a la mili o que iba a afrontar un examen", relata Francisco Javier Méndez. "Curiosamente, también encontramos billetes de 500 y de 100 pesetas en algunos de los manuscritos dejados en ofrenda. Nos pareció muy llamativo", agrega Aramendi.
Si bien el grueso de los exvotos son de fieles de la región, también fueron encontradas muchas ofrendas "de Valladolid, Madrid, León e, incluso, de Cádiz". "Antes, el Cristo de Candás era la imagen más venerada en Asturias después de la Virgen de Covadonga. Era muy conocido en toda España por los supuestos milagros que concedía", asegura Méndez. La tradición de depositar exvotos para el Cristo de Candás en el templo de la villa se perdió en algún momento de los años ochenta , debido a unos trabajos de pintura en la parroquia. Desde entonces, los muros de San Félix ya no salvaguardan las ofrendas del que fue la segunda imagen milagrosa más venerada de Asturias.
