La pintura de Guillermo Simón, la escultura de Francisco Fresno y la fotografía de José Ferrero se exponen hasta el 31 de agosto en la Fundación José Cardín Fernández (Villaviciosa). A pesar de ser obras muy diferentes, que llevan el sello personal de cada uno de ellos, su hilo conductor es el agua del mar.

Guillermo Simón es uno de los artistas asturianos de referencia y estrena en esta muestra colectiva una nueva serie de óleos, que aunque siguen vinculado con el agua, rompe con su recurrencia a la ola marina. Pero de lo que no huye es de la fugacidad de ese instante en el que se produce. Ha pasado de los azules, grises, blancos y negros de sus "Geografías del Mar", que captan un océano de aguas turbulentas, a los violetas, amarillos, verdes, naranjas y rojos de estas "Topografías de la Fragilidad". En ellas representa una "congelación de instantes" en forma de flores de agua.

FFF. Así ha llamado Francisco Fresno, en honor a sus iniciales, a la escultura de 3,5 metros de altura que es "simbólicamente un autorretrato". Se ha inspirado en "esa red que se teje y desteje con el movimiento del mar", apunta. De aquí también partieron los dibujos en los que plasma esa ola que acaba convirtiéndose en llama. José Ferrero, por su parte, ha captado como pocos, con su cámara de fotos analógica, distintos mares: desde el clásico hasta el que se intuye, pasando por otro de tejas y llegando hasta el de espigas o el de un charco. Opta por el blanco y negro porque "se aleja de la realidad", ésa que no le interesa reproducir, asegura.