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Los frescos del verano

Charo Peón y Denís Martínez venden en su puesto limones, unos frutos que se dan muy bien en tierras asturianas

Denís Martínez, con un cesto de limones. MANUEL NOVAL MORO

Asturias parecería, a priori, una tierra poco propicia para los cítricos, que parecen estar asociados a la abundancia de sol y a las altas temperaturas. Pero sólo hay que acercarse al mercado de excedentes bajo los aleros de la plaza cubierta de la Pola para darse cuenta de que no es así. Porque uno de los productos que se venden con éxito en los puestos es, precisamente, un cítrico: el limón.

Una de sus comercializadoras, Charo Peón, que tiene un puesto familiar -su hija Denís Martínez está a su lado para tirar del carro- asegura que es un producto que "se vende bien, a la gente le gusta mucho".

El caso es que quien prueba los limones caseros de la tierra ya no quiere saber nada de los de producción industrial que se suelen vender en las grandes cadenas. "Mi hija tuvo que tomarlo una temporada porque estaba enferma y coincidió que se nos acabaron los de casa. Los compramos de los otros y tuvimos que tirarlos, de lo mal que nos sabían", manifestó.

Lo cierto es que el limón autóctono tiene mucho sabor y es muy natural. El limonero es un árbol que no necesita mayores cuidados, no hace falta sulfatarlo, y conserva su frescura al cien por cien. En Asturias se da muy bien, sobre todo, en la zona de la costa. "Yo vivo en la Pola pero tengo la huerta en Arriondas, y allí se dan bien, pero se dan mejor más cerca del mar; mi familia es de Villaviciosa y allí se logran mucho más", señala. La razón está en la temperatura. Los limones no requieren mucho sol; les viene bien, pero no es lo más importante.

"Lo importante es que estén bien resguardados, porque lo que más daño les hace es el frío, tienes que tener cuidado, sobre todo con las heladas", explica.

Una característica de los limones de origen asturiano, sobre todo si son de tamaño muy grande, es que tienen la piel muy gruesa y menos zumo del que deberían. Pero hay un truco para mejorarlos. "Yo le digo a todo el mundo que los meta en la nevera; después de un tiempo, la piel mengua y dan mucho más zumo", explica.

También hay un truco para mejorar la producción si es que uno quiere plantar y tener buenos limones: el marisco y otros frutos del mar. Un abono excelente es dejar al pie del limonero las cáscaras de los centollos o cangrejos. "Y también los oricios son muy buenos para los árboles", explica Charo Peón. Un clima poco extremo y los productos del mar asturiano ayudan a lograr uno de los frutos más frescos del verano.

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