Jenaro Soto es el presidente de la Sociedad de Festejos de Pola de Siero. A escasos días de que comience el Carmín, y con el final de su mandato en el horizonte, Soto atiende a LA NUEVA ESPAÑA para hablar de la más popular fiesta polesa y de la situación de la entidad.
-Afronta los meses finales de su mandato al frente de la Sociedad ¿Ya tienen fechas para el proceso electoral?
-Sí. La previsión es coger candidaturas entre el 25 de julio y el 10 de agosto para, en el caso de que haya más de una candidatura, poder hacer elecciones a mediados de septiembre. De no haber más de un candidato, la elección será automática, tal y como figura en la última modificación de los estatutos.
-¿Se presenta a la reelección?
-Mi equipo y yo estamos disponibles si los socios lo desean, y por razones muy claras.
-¿Cuáles?
-Queremos consolidar la semana de Güevos Pintos y no quedarnos solo en el martes. Seguir buscando, como compromiso fundamental, el "quiz" de Comadres, que es el punto débil que tenemos. Y terminar de pagar la deuda adquirida en 2012.
-¿A cuánto asciende la deuda en la actualidad?
-Hemos amortizado unos 30.000 euros, y ahora estamos entre 20.000 y 22.000 euros. Creo que vamos por buen camino. Por otro lado, pretendemos incluir gente joven en la junta directiva, en caso de renovar para otro período, y habrá cambios importantes en la programación, siempre a mejor.
-¿Esperan que se presente alguna otra candidatura?
-No lo sé. Si alguien desea venir o tienen interés en participar de la organización y los socios consideran que ya hemos cumplido nuestra etapa, se aceptará.
-¿Pero han oído algo sobre posibles candidaturas alternativas?
-Bueno, hay cierta rumorología referente a grupos que no están de acuerdo con nuestra gestión. Pero nosotros estamos muy satisfechos: sabíamos que íbamos a hacer pocos amigos porque había muchas cosas que ordenar, y no nos tembló el pulso para nada a la hora de tomar decisiones en cierto modo desagradables, especialmente de cara a la opinión pública. Pero consideramos que la gente tiene que tener claro que somos una entidad privada y los socios siempre serán defendidos por esta directiva.
-Para esta edición del Carmín han anunciado nuevas medidas para controlar el flujo de autobuses y la entrada de bebidas en el prau...
-Sí. Hemos rematado, a través de una plataforma, el control de los autobuses y el negocio que conlleva ese sistema.
-Los autobuses que no estén en la plataforma tendrán un recargo por cada caja de sidra. ¿Les preocupa el negocio o la ingesta de alcohol?
-Seguiremos promocionando las bebidas baratas en el prau con en ánimo de ir paliando el botellón. En eso somos como otras muchas entidades: estamos en contra del botellón y de la especulación. No es válido que nosotros trabajemos como cabrones para organizar la fiesta y vengan otros de rositas y se lleven la pasta. Aquí lo que organiza Festejos tiene que generarle ingresos a Festejos.
-¿Cree que puede hacerse un control efectivo sobre lo que entra en el prau?
-Siempre va a entrar algo porque no vamos a generar polémica ni hacer enfrentamientos de dureza con ninguna organización. Cuando empezamos con esto, hace dos años, ya sabíamos que era algo que requería más concienciación que otra cosa, y pensando a largo plazo.
-Los precios de la barra del prau, en todo caso, son muy económicos...
-Siempre lo fueron. Poner sidra a 18 euros la caja, y sidra buena, además, no lo tiene ninguna fiesta de Asturias. Otro problema son los residuos: esperemos que este año la gente colabore depositando sus residuos en los cuatro o cinco puntos que va a haber repartidos por La Sobatiella.
-El sistema de acotamiento del prau, ¿sigue igual?
-Sí, aunque ya adelanto que los socios serán los que elijan, en una asamblea, si en el futuro seguimos con este sistema o dejamos libre el prau. Pero yo creo que los socios tienen derecho a elegir espacio. Aparte, consideramos que haber cerrado el prau hasta las tres de la tarde es bueno, porque ha evitado bastantes desmanes que se venían dando con toda la gente que entraba por la mañana. Esta fiesta no es como otras, en las que la juerga va ligada a la borrachera.
-¿Cómo está la relación de Festejos con los hosteleros?
-Hay una colaboración, no toda la que debería, pero sí muy válida. Promover la actividad en las fiestas es labor de todos, no sólo de Festejos. Mantenemos una buena colaboración con la sociedad de discobares (Sodipo) y con la hostelería de Les Campes para San Juan. Y si en San Pedro de La Isla tienen dificultades para hacer la fiesta, nosotros estamos dispuestos a colaborar con los vecinos de aquella zona para ayudarles a organizarlas.
-¿Y con el Ayuntamiento?
-Tuvimos un desencuentro. Tienen unas ideas que yo no comparto y hubo una demora en el pago de la subvención. Pero, en términos generales, vamos por el camino correcto de entendimiento, para bien de la entidad y del equipo de gobierno. Ahora mismo, puedo decir que las relaciones con el Ayuntamiento son excelentes, cosa que al principios dudaba, y esperamos seguir así.
-¿Cómo va el proyecto del Museo de los Güevos Pintos?
-En agosto empiezan las obras de adecentamiento de uno de los locales de la calle Torrevieja, y calculamos de que antes de que finalice el año podremos presentar, no un museo, pero sí un lugar para los casi 200 huevos que tenemos de momento, a la espera de disponer de un local apropiado para albergarlos. En cada país en el que hay tradición de huevos pintos existe un museo, salvo en España, y queremos ser los primeros. Creemos que puede ser un atractivo turístico para el concejo.
