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Simón se zambulle en un mar de color

El artista estrena en la Fundación Cardín una colección que rompe con su referencia a las olas para jugar con flores acuáticas

Guillermo Simón, junto a una de sus "Topografías de la fragilidad". MARIOLA MENÉNDEZ

La magia de la pintura del maliayés Guillermo Simón le reafirma como uno de los pintores asturianos de referencia. En la exposición colectiva que se exhibe en la Fundación José Cardín de Villaviciosa este verano ha sorprendido con una nueva colección, en la que, sin perder su sello como artista, va dejando atrás la presencia continua de la mar y la ola desde sus múltiples perspectivas y tan infinita como los instantes. Lo efímero, líquido y acuoso se mantiene presente en su obra.

Uno de los cambios más visuales de esta nueva etapa del maliayés es el estallido de color que hay en sus pinturas. Simón pasa de los azules, grises y blancos con los que representa las turbulencias oceánicas de sus "Geografías del mar" a los morados, narajas y verdes de figuras que se disipan y recuerdan a nenúfares, medusas o pensamientos (flores) de sus "Topografías de la fragilidad". "Son interacciones de color o gestos congelados que provocan una cierta memoria botánica", explica Guillermo Simón.

La transición ha sido tranquila. Ha sido una evolución progresiva que se aprecia en las obras que expone el artista en la Fundación José Cardín Fernández, pues sigue habiendo presencia de "Geografías del mar" a través de uno de sus grandes lienzos, en los que el océano sigue desafiando con su bravura, a la vez que se disipa. De este "Golpe de mar II" pasa a "Composición" y "Caos", en los que continúa centrándose en la ola, pero va introduciendo el color de esta nueva etapa, en la que el violeta y el turquesa se vuelven protagonistas.

Guillermo Simón da el siguiente salto sobre mares multicolores, de verdes, aguamarinas y anaranjados en los que flotan flores violetas que se escapan. Las ha llamado "Topografías de la fragilidad" y evolucionan hacia el lienzo con fondo blanco en el que destaca este juego con las formas que realiza Simón. Deja al espectador decidir si está frente a nenúfares, medusas, flores de agua o un simple, pero profundo, juego de manchas. Los verdes, naranjas, amarillos y, principalmente, violetas, son sus colores favoritos en esta colección.

Este nuevo trabajo "conceptualmente conecta con la ola", por "lo frágil", pues "está en el punto de florecer o marchitar". En el fondo, el interés del artista es reflejar la "fragilidad en general" de la vida. Le interesa plasmar lo efímero de los momentos, de la existencia y de la misma presencia en el mundo. "Empecé jugando con manchas de color", argumenta el artista, por su necesidad de experimentar plásticamente con las texturas, el color o el soporte. También es característico de sus últimos trabajos recurrir al óleo sobre aluminio de gran formato, logrando un acabado espectacular. "Me sigue interesando investigar con la propia pintura y la interacción de colores, texturas y tensiones", apunta.

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