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La Pola | Maravillas del mercado

Pies frescos para todos

Las sandalias, abiertas para jóvenes y cerradas para mayores, triunfan en el puesto del veterano Joaquín Jiménez

Joaquín Pascual Jiménez Salazar, en su puesto. Manuel Noval Moro

Joaquín Pascual Jiménez Salazar está entre los más veteranos del mercado poleso. Descendiente de una vendedora histórica de la localidad, La Corala, desde bien niño se dedicó a vender calzado, primero por los pueblos del entorno de la Pola y después en el mercado de los martes. "Con diez o doce años ya ayudaba en la plaza", dice. Ahora tiene su puesto de venta de calzado para mujer en el mercadillo de La Isla, que en verano tiene una clara ganadora: la sandalia.

A estas alturas de temporada, por más que el tiempo no haya acompañado demasiado, las sandalias son, con diferencia, el calzado que más se vende en su puesto, con una peculiaridad: la edad marca mucho el modelo que eligen sus clientas.

"A las jóvenes les gustan las sandalias abiertas, y las mujeres mayores quieren que estén cerradas, por delante y por detrás", explica.

En todos estos años de trabajo en el mercado, Joaquín Jiménez ha visto cambiar bastantes cosas. Entre ellas, la propia numeración. "Ahora los números que se piden son más altos", dice, pero la razón no está en que el pie de las mujeres haya crecido en las últimas décadas, sino en que "la mayoría del calzado viene de Asia, sobre todo de China, y allí los números son más pequeños, las tallas no son iguales que la que tenemos en España".

Además de las sandalias, también tiene éxito el modelo de verano de la zapatilla deportiva. "Aunque no tanto como las sandalias, las deportivas de verano salen muy bien", señala.

El comerciante, vecino de La Carrera, ha visto la evolución del mercado a lo largo de las últimas décadas, con cambios de ubicación incluidos. A su juicio, el principal cambio lo ha marcado la coyuntura económica.

"La crisis está para todos, ves que la gente revuelve más, pero compra menos", dice, y asegura que en su caso vende "a la clienta de siempre, pero quizá en menos cantidad", algo que considera normal. "La gente, aunque trabaja, le cuesta mucho llegar a fin de mes", y ve lógico que se mire a la hora de gastar.

Pero los comerciantes del mercadillo de los martes se ven, quizá, más afectados por la coyuntura económica, que Joaquín Jiménez no ha notado que fuera a mejor en los últimos tiempos. "Cuando llueve, llueve para todos, pero para los que estamos en la calle, más", sostiene, si bien conserva intacto el ánimo de "seguir luchando". Y en su caso, ayudando a las mujeres a lucir sus pies como es debido por estas fechas.

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