La bebida de Paula Bastián, de La Vizcaína, es la mejor que este año se elaboró en el concejo de Sariego. Al menos es lo que consensuó el jurado del Concurso de Sidra Natural Casera del municipio, que es el más veterano de la región. Ayer celebró su vigésima primera edición con la satisfacción de que sea un certamen en auge y que haya relevo generacional en los llagares de casa.

Adolfo Cubillas, de Castañera, quedó segundo, y Jorge Acebal, de Canal, tercero. Concurrieron unas 25 muestras, algo menos que el año pasado porque han tenido la mala suerte de que fallecieran cuatro de los participantes habituales. Otros no se animaron a presentar su sidra porque, aunque ya corcharon, la bebida sigue teniendo un sabor demasiado dulce. Es un defecto que está siendo bastante habitual esta campaña y provoca que algunos llagareros de casa estén un poco desesperados porque la sidra no acaba de madurar. También hay quien corchó hace meses.

Ángel Samalea es el presidente de la Asociación de Amigos de la Sidra de Sariego y tiene claro que "la sidra es muy caprichosa y le afecta el tiempo. Incluso, el calor es bueno para la acidez de la manzana y al no haber venido sol, también le afectó". Destaca que la bebida que se hace en los llagares de los pueblos "cada vez es mejor", porque "cada vez se cuida más" el proceso de elaboración. Los productores domésticos ponen empeño y se las ingenian para conseguir una buena sidra. "El jurado está sorprendido", resalta Samalea. Pone como ejemplo que dos de los miembros de la prueba de preselección son profesionales y elaboradores industriales. Son Guzmán Riestra y su hijo Raúl y "están sorprendidos de la calidad", insiste Ángel Samalea.

Este primer jurado se encargó el jueves de seleccionar las cinco mejores bebidas de las casi 25 que se presentaron al certamen. La responsabilidad de elegir a los ganadores le tocó a otro comité de sabios formado por el antiguo hostelero de la Sidrería Villaviciosa, Severino Cuevas; el saregano entendido en sidra Ramón Pérez; el ya jubilado de la sidrería La Figar de Nava, Sindo Martínez; el lagarero gijonés Joaquín Cernuda y el experto sidrero y probador Mino Villarrica, que ejerció de presidente del jurado, como suele ser habitual.

Samalea resalta la gran tradición de sidra casera que se mantiene en Sariego, pues no sólo puede presumir de tener el concurso más longevo de la región, también tiene como "unos 70 paisanos que mayan en casa". Es una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que no es un concejo demasiado grande. "Hay mucha tradición de siempre", comenta Samalea, que recalca que "cada vez se cuida más el proceso de elaboración". Otro dato positivo es que "hay relevo" generacional, reconoce el presidente de Amigos de la Sidra de Sariego. "Hay gente joven con afición e intención de hacerlo cada vez mejor", remarca. Y esa mejora en los llagares domésticos se traduce en un notable aumento de la calidad de las bebidas que se presentan a los concursos.

El ganador del año pasado en Sariego fue descalificado del certamen regional por participar con sidra elaborada en Villaviciosa.