La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El mimo, el secreto del mejor caldo de Sariego

Paula Fernández Bastián atribuye a la dedicación de su familia su cuarto triunfo en el concurso local de sidra casera

Rafael Bastián y su nieta, junto a sus premios, en el lagar familiar. L. BLANCO

Ni varitas mágicas, ni ingredientes extraños. El secreto del mejor caldo de Sariego está en la colaboración y el duro trabajo familiar, según explica la joven Paula Fernández Bastián, de 22 años y vecina de Pedrosa, que desde principios de este siglo acumula cuatro triunfos en el concurso local de sidra casera, el último el pasado día 15.

Dicen que de casta le viene al galgo, y en este caso no hay ninguna duda. Sus bisabuelos, Rafael Bastián y Amelia Vega, fueron los fundadores de un lagar conocido como La Vizcaína, que desde 1950 hasta 1982 funcionó como negocio complementario del bar-tienda del mismo nombre ubicado a escasos metros. Instalaciones, estas, que sirvieron de punto de partida para iniciar una brillante trayectoria en los certámenes de sidra casera.

Paula reconoce que, sin la colaboración de su padre, Falín Fernández, y la de su abuelo, Rafael Bastián, y otros muchos familiares los éxitos no serían posibles. "Mi padre se lo curra mucho y el resto de la familia ayuda también cantidad", explica, en referencia a un proceso de elaboración que comienza con la recogida de la manzana y se alarga durante todo el año entre los diferentes pasos de producción y el mantenimiento de las cuatro pomaradas familiares que alojan 150 árboles del preciado fruto, que también tiene buena parte de la culpa de tanto reconocimiento.

"Se entiende que la manzana es muy buena, pero ello es posible también gracias a mucha dedicación", puntualiza la joven, que, si tiene que definir el secreto de sus triunfos, no tiene dudas. "El mimo con el que se trata la manzana y la producción son la clave de todo", sostiene.

Un despliegue que les permite producir una media de unos 1.600 litros, según explica el orgulloso abuelo, que no escatima en esfuerzos en demostrar la gran calidad de su producto. "Es una sidra suave, que gusta a mucha gente", indica el patriarca, de 85 años, del que su nieta también presume y al que atribuye parte de sus méritos. "El también concursa, pero normalmente me dejan a mí llevar la mejor sidra", cuenta la productora, que en 2012 vio cómo su abuelo se imponía en el concurso de manera inesperada. "Quizás nos falló el paladar ese año", señala con ironía acerca de un caldo que, posteriormente, quedaría en tercer lugar en el concurso regional.

De todos modos, este triunfo supone un aliciente para esta joven hija única que dice estar abocada a heredar "tanto lo bueno como lo malo" de una estirpe que destaca por lo primero, a pesar de que su vocación profesional va por otros derroteros. "Estudio fisioterapia y me gustaría vincular mi carrera al mundo del deporte", reconoce esta saregana, que, entre otras facetas, destaca también como jugadora del Balonmano Siero, club poleso que lleva dos años acariciando el ascenso a la segunda categoría nacional de la disciplina.

Ahora, el próximo objetivo es asaltar el entorchado regional y, a pesar de que la competencia será dura, la familia Fernández Bastián confía en cosechar buenos resultados. "En Sariego hay mucha tradición de sidra y por algo será", explica Rafael Bastián hijo (el abuelo de Paula), que recuerda que el concurso del municipio es uno de los más prestigiosos que existen en el ámbito local. "Este año participaron 25 productores, pero en ediciones anteriores se alcanzaron los 36", coinciden en reivindicar abuelo y nieta, mientras posan con una colección de trofeos y placas conmemorativas que acreditan el prestigio del lagar La Vizcaína entre los expertos jurados de la bebida asturiana por excelencia.

Desde que Paula concurriese por primera vez al concurso local con tan sólo 7 años, en 2001, acumula cuatro primeros puestos entre el de este año y los de las ediciones de 2003, 2009, 2011 y 2016. Distinciones a las que cabe sumar un segundo premio que entró en su casa de Pedrosa en 2007 y que preside, junto al resto, uno de los viejos toneles de un lagar en el que sólo se trabaja con manzana de la Denominación de Origen Protegida (DOP), que garantiza la mejor materia prima y su transformación en un caldo único para los más exigentes.

Compartir el artículo

stats