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La Fresneda, gimnasio canino

La iniciación del deporte con perros gana enteros como alternativa para el ocio estival en la urbanización sierense

Por la izquierda, el adiestrador David Galguera e Iker y Héctor Arigita, haciendo canicross en La Fresneda. L. BLANCO

La compañía del mejor amigo del hombre para hacer ejercicio es algo que cotiza al alza en La Fresneda. Con la llegada del verano, las zonas verdes de la urbanización sierense se convierten en el caldo de cultivo perfecto para que algunos apasionados de los animales se inicien en una especialidad, conocida como "canicross", que permite a mascotas y dueños compartir jornadas de ejercicios.

La máxima de "mens sana in corpore sano" alcanza con esta especialidad su máximo esplendor, pues el objetivo es obtener beneficios físicos y mentales para los dos componentes de una dupla que precisa máximo entendimiento. Si bien en el caso de los humanos es obvio que el ejercicio permite combatir el sedentarismo y trabajar los músculos, además de desconectar de los quehaceres diarios, en el caso de los animales también llega a venirles muy bien. "Tenemos una perra llamada 'Ona' con la que salimos habitualmente porque es hiperactiva y las carreras le sirven como terapia", explica David Galguera, adiestrador de perros y fundador de un club de canicross de Llanera que aspira a ganar cada vez más adeptos.

El propio Galguera señala que la temporada estival es ideal para las personas que quieren iniciarse en esta práctica, pues el calor hace que los perros tengan que adaptar su trabajo a ejercicios más llevaderos. "Se trata de un deporte de invierno en el que los animales tienen que aligerar carga en verano ante los riesgos de las elevadas temperaturas", sostiene el experto.

Entre los que no han querido perder la oportunidad de probar con este deporte están Iker y Héctor Arigita, hermanos afincados en Oviedo de 7 y 11 años, respectivamente, que estos días realizaron varias carreras con las perras "Posta" y "Cima", así como con la propia "Ona". "Tira muy fuerte", comenta el pequeño Iker tras probar suerte con esta última en una carrera de apenas unos cien metros.

Unos ejercicios que no sólo sirven para trabajar aspectos físicos y mentales, sino que unen al animal con su conductor. Para ello, los consejos del adiestrador son esenciales y los alumnos los escuchan con mucha atención. "Si te paras el perro dejará de tirar, pero si ve que le sigues por miedo a caerte lo más seguro es que no se detenga", explica Galguera, que considera La Fresneda un sitio "muy privilegiado" para disfrutar del deporte con perros.

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