"Los frutos rojos son un producto con demanda creciente que puede generar muchos empleos". Así lo asegura Pilar Bañados, doctora en Fisiología de las Plantas de la Universidad Católica de Santiago de Chile, que ayer estuvo en Villaviciosa para impartir una conferencia en el Teatro Riera, que sirvió para inaugurar la I Feria de los Arándanos y Frutos Rojos del municipio.

Bañados, que aprovechó su estancia en la capital maliayesa para visitar las instalaciones del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), destacó que los frutos rojos cuentan con dos grandes ventajas que deben ser aprovechadas para impulsar su producción: "Asturias tiene la ventaja de tener cerca el mercado europeo y tener una producción tardía que permite vender fruto fresco en el mes de septiembre".

Una situación que difiere bastante de la de su país, que si bien es el segundo productor mundial de los frutos rojos por detrás de Estados Unidos, tiene que lidiar con algunos inconvenientes. "La lejanía con ciertos mercados nos obliga a trabajar por conseguir un fruto que se mantenga en buenas condiciones durante 30 o 40 días", señala Bañados, que apunta que aunque señala que la producción a gran escala de arándanos se inició en los años 90, no fue hasta mediados de la década pasada cuando su producción se empezó a disparar. "Era un fruto considerado silvestre y del bosque que curiosamente tardó en ser domesticado y sumarse a otros frutos que llevan siglos produciéndose a gran escala", declara.

En lo que respecta a su papel, asegura que el motivo de su visita a Asturias es tratar de trasladar sus "muchísimos años de investigación", tanto en Chile como en Oregón, como ayuda para el pujante sector regional. "Mi objetivo es tratar de ayudar a mejorar a los productores asturianos", comenta, para luego dar algunos consejos para mejorar la producción como es el avance en sistemas de protección frente a la lluvia estival y las plagas, que a su juicio son los dos principales problemas del arándano, las moras o las frambuesas en Asturias.

Por otra parte, felicita a los productores e investigadores locales por los progresos realizados desde su primera y única visita anterior a Asturias, allá por el año 2008. "Por aquel entonces vi cómo la gente empezaba con mucho entusiasmo y ahora, según me comentan, las plantaciones van creciendo a buen ritmo", recuerda la considerada por muchos como la mayor experta mundial en cuanto a los frutos rojos. Una etiqueta a la que renuncia con mucha modestia. "Soy una investigadora más que se enamoró de esos frutos por su dinamismo y rápido desarrollo, pero tampoco hay que exagerar", reivindica con humor.