Si al entrar en la villa de Pravia por el puente de Peñaullán advierte un intenso "tac-tac-tac" o ruidos de motosierra no se asuste. No es el final de una película norteamericana para el verano adolescente con el malo encapuchado y con careta. Son los romeros del Xiringüelu. El lunes comenzaron la construcción de las casetas en las que disfrutarán de la fiesta del domingo, una romería en el prau de Salcedo en la que 20.000 personas festejarán con sidra y charangas. Los asistentes levantarán 131 casetas en los próximos días.

Son jornadas de trabajo duro bajo el sol, pero que acaban convirtiéndose en mañanas y tardes de compañerismo y algo de fiesta, ya que unas sidras o unas latas de cerveza no faltan para hidratarse y subir el ánimo entre poste y poste. "Se disfruta mucho venir a hacer la caseta, es algo que también forma parte del Xiringüelu", comenta Guadalupe Sánchez, de la peña "Jarra y pedal" de Avilés. El grupo de treinta personas se divide entre la mañana y la tarde para elevar la caseta y poder disfrutar del verano.

Las que están más que ilusionadas en el prau de Salcedo son las componentes de la peña "El Esquil" de Pravia, que por primera vez disfrutarán del festejo en una caseta y sin la vigilancia constante de los padres. "¡Es genial!", exclama Lorena Iglesias mientras sierra madera para hacer un banco, "estamos esperando que llegue el domingo con muchas ganas". Las jóvenes están disfrutando mucho las labores de construcción: "vamos de un lado para otro, nos ayudan y hacemos nuevos amigos, así que esto de duro no tiene nada", añade. Sidra y fiesta es lo que ofrecerán en su caseta.

Una de las cosas que más satisfacen a los romeros durante la semana previa al Xiringüelu es ver, por fin, la caseta terminada. Con mucho ritmo se lo toman en la peña "El Trabuco" de Pravia. "Se sufre bastante por el sol, pero luego las ves hecha...", reconoce Raúl Martínez. La experiencia es un grado y ellos, que llevan desde 2009 con caseta, lo saben tan bien que ya incluyen mobiliario de primera línea. Este año repiten y volverán a colocar un futbolín, aunque el año pasado "duró un asalto".

Para aliviar el calor los jóvenes suelen ir a la playa de Aguilar (Muros de Nalón) a darse un chapuzón a última hora. Y es que la semana previa del Xiringüelu es ya una cuestión de tradición. Y eso lo saben en la peña "Bridas Brothers" de Avilés. "Aquí estamos un año más sin faltar desde que tenemos 14 o 15 años, estos días molan mucho aunque hay que trabajar", sostiene Óscar Iglesias. Su participación ininterrumpida en el festejo praviano dice que bien vale una ovación el domingo.

En el prau de Salcedo la estampa ya va cogiendo forma de Xiringüelu. Las casetas se levantan con postes clavados al suelo, se cubren las paredes con palets o bambú y los techos se ponen con buenas lonas u hojas de palmeras. Cualquier material sirve para tener una buena caseta, que disfrutarán el domingo y durante toda la semana en un ambiente más que festivo.