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El denunciante se arriesga a pagar la medición de ruido del Cristo

El Ayuntamiento se plantea pasar la minuta al vecino que se quejó si el nivel de decibelios de la melodía es legal

El estudio que medirá los ruidos de la melodía del "Cristo de Candás" emitida desde el reloj de la iglesia, tras las quejas de un vecino, costará 750 euros. En un principio ese dinero será abonado por el Ayuntamiento de Carreño, aunque el resultado de esa medición de decibelios marcará quién será el encargado de abonarlo. En el caso de que el estudio resulte positivo, es decir, que el índice de ruidos sea mayor del permitido por la ley, será la administración la que abone ese estudio. En caso contrario, el Ayuntamiento sopesa pasarle la minuta al denunciante. La medición ya se realizó el pasado jueves, a las once de la noche, en la calle Bernardo Alfageme, a escasos metros de la vivienda del afectado. El resultado, sin embargo, aún se hará esperar.

Los vecinos de Candás mantienen casi una voz unánime con respecto a esta polémica. La mayoría de los residentes coinciden en que la popular melodía es una tradición y como tal ha de respetarse. La música suena cada hora de las veinticuatro que tiene el día y eso ha generado las críticas de un candasín de adopción que compró su vivienda hace tres años y desde entonces, según su testimonio, no ha podido descansar. Y eso que la idea de trasladar su residencia habitual a Candás era, según el denunciante, por prescripción médica y, precisamente, para descansar. Los sonidos que emite el reloj de la iglesia, continúa, le impiden dormir y todo ello pese a que usa tapones. Por ello, decidió presentar hace meses un escrito de queja.

El Ayuntamiento abrió el plazo de alegaciones en el que aportaron información tanto el Obispado como el párroco de Candás, José Manuel García. Este expresó el jueves a LA NUEVA ESPAÑA que "no quiere entrar en polémicas" y que está a la espera de que el Ayuntamiento decida sobre qué hacer con la melodía. El cura también agradece la recogida de firmas que los feligreses comenzaron a realizar hace días en distintos establecimientos hosteleros y comercios de la capital del concejo.

Así las cosas, la solución está en manos de la administración local y de la medición de ruidos para saber si el sonido del reloj del templo cumple o no la normativa. El denunciante se negó hace días a que el Ayuntamiento pudiera realizar ese necesario estudio en su vivienda particular y planteó al gobierno la posibilidad de medir los decibelios en plena calle. Así se hizo el jueves.

La vivienda del afectado está a cincuenta metros en línea recta de la iglesia parroquial de San Félix, de ahí sus quejas por la melodía del Cristo de Candás. Sin embargo, otros vecinos que habitan en casas próximas al templo candasín admiten que el sonido "jamás les ha molestado".

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