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Fin de semana agroganadero en el recinto ferial de Ables

Pruvia, pionera del huerto ecológico

"Fue lo mejor que hicimos en los 57 años que llevamos juntos", afirman Longina García y Santiago Pérez, el matrimonio que será homenajeado por sus casi cuatro décadas de cultivos libres de pesticidas

Reses ayer en el recinto ferial de Ables. A. F. V.

Aunque dice que eran "los locos de la película", el tiempo les dio la razón. Longina García y Santiago Pérez, un matrimonio residente en Pruvia -"aunque venimos de Salas"-, fueron los pioneros de los huertos ecológicos "en Llanera y en Asturias" hace ya " casi cuarenta años". Como reconocimiento a su extensa trayectoria, este fin de semana recibirán un homenaje en la Feria Ecológica, que arranca hoy y se prolongará hasta el lunes en el recinto ferial de Ables.

"Todo empezó cuando nuestro hijo Valentín, que era un alternativo de mucho cuidado, fue a la feria del libro de Madrid y volvió cargado de ejemplares sobre cultivos ecológicos que, de aquella, se llamaban biológicos", explica García sobre los inicios de la familia en la horticultura natural, a comienzos de los años 80. Con lo aprendido en los manuales, el primero de la familia que decidió dar el salto hacia el huerto ecológico fue el más pequeño. "Me pidió permiso para sembrar en los terrenos de casa y, por supuesto, se lo dimos. De aquella utilizaba abonos verdes, hacía rotaciones de cultivos... Cosas que, por entonces, nadie hacía. Luego él se fue a León a estudiar y yo le dije que, si seguía cultivando, me encargaba de venderle los productos y le mandaba el dinero", relata García.

Y así fue. Longina acudía con frecuencia a la ovetense plaza del Fontán para vender los primeros productos ecológicos que se facturaban en Asturias. Con el paso de las semanas, lo que parecía poco más que un juego de niños daba sus frutos, y eso llamó la atención del matrimonio. "Sobre todo motivó a Santiago, que en un primer momento no se tomaba en serio lo que decía Valentín. Luego, al ver que era algo bueno, se empezó a interesar realmente y decidimos ponernos a vender", confiesa la mujer.

Con el matrimonio ya involucrado al cien por ciento en el cultivo ecológico, el crecimiento comenzó a ser exponencial. Comenzaron con un puesto del mercado del Fontán, donde Longina fue la primera en poner un cartel que rezaba "productos ecológicos". Ya por aquel entonces el movimiento verde iba ganando adeptos en la región, y eran muchos los clientes de Pérez que le pedían más productos. "Empezaron a decirme que teníamos que vender arroz integral, cuscús, copos... Y decidimos hacerlo", repasa la horticultora. Con el incremento de la oferta también llegaron nuevos clientes, el negocio siguió creciendo y, desde hace algo más de una década, también abrieron una tienda.

Ahora, cuando Longina echa la vista atrás no duda en decir que fue una "muy buena decisión". "Fue lo mejor que hicimos mi marido y yo en los 57 años que llevamos juntos", sentencia.

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