La playa y la cultura no tienen por qué ir reñidas. Muestra de ello fue la jornada de ayer en Candás, pues el pianista sevillano Francisco Montero logró congregar un nutrido público en la antigua fábrica de Ortiz de la capital carreñense a pesar de que el de ayer fue uno de los días más propicios para disfrutar del sol y la playa de todo el verano. Una actuación incluida en el Festival Internacional de Música José Luis Vega "Pelis", organizado por la Banda de Música de Candás con el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA y la colaboración del Ayuntamiento de Carreño.

Montero ofreció un recital en el que tocó diferentes palos. Su variado repertorio comenzó con la pieza "Les Sauvages" de Jean-Philippe Rameau y concluyó con una gran interpretación de "Rhapsodie Espagnole", una pieza de Liszt en la que el artista justificó el prestigio de una larga trayectoria que se intensificó desde que licenciara en el Conservatorio Superior Bonifacio Gil de Bajadoz.

No obstante, el concierto dio para mucho. "Air Tendre", de Jean Baptiste Lully; "Le Tic-Toc-Choc ou les Maillotins", de François Couperin; "La Alborada del Gracioso", de Ravel; la sonata número 5 de Scriabin y la sonata "Hob XVI en Mi bemol Mayor" completaron un recital que sin duda satisfizo las expectativas generadas por el concierto.

La pasión de Moreno a la hora de tocar conquistó a los presentes, que no dudaron en recompensar cada una de las piezas con una sonora ovación que al final se convirtió en cerrada. Una excelente respuesta que, sin duda, justifica los esfueroz realizados por la banda local para recuperar un festival que supone un atractivo más para los visitantes durante la temporada estival.