Un gigante empresarial despierta en Noreña. El Matadero Central de Asturias, antaño buque insignia del sector cárnico asturiano, será la plataforma desde la que el grupo Panero, cuyas empresas componen ya el principal conglomerado empresarial de la región en el ámbito de la logística y la distribución de alimentación en frío, amplíe sus actividades y su rango de actuación. Unas perspectivas que, además, se potenciarán con la anunciada reapertura del sacrificio de canales de vacuno dentro de las instalaciones noreñenses, para lo que contará con los antiguos trabajadores de Junquera Bobes.

Así lo revelaron ayer las propietarias del grupo empresarial, las hermanas Marta y Cristina Sánchez, y su padre y fundador de las empresas Panero, Luis Alberto Sánchez, durante una visita a las instalaciones de la alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, y del edil de Hacienda, Inaciu Iglesias.

"Lo primero que haremos, una vez terminadas las obras, es concentrar en estas instalaciones todas nuestras actividades logísticas", precisa Marta Sánchez, que revela que la primera de las empresas del grupo que se trasladará a Noreña será Lofriastur, actualmente instalada en El Berrón. La previsión es que esta empresa esté instalada en Noreña, con sus 85 trabajadores, en octubre.

"Nuestro objetivo es ampliar nuestras actividades y tener más presencia en otras regiones como Cantabria o Galicia. Creemos que estas instalaciones nos permitirán dar un salto dentro del sector", explica Juan Carlos Blanco, director de logística de Lofriastur. Además de las instalaciones, el grupo Panero ha adquirido las marcas comerciales "Matadero Central de Asturias", "Junquera Bobes" y "Porcisan", con las que operaba la anterior propiedad del macelo, para sus productos.

En lo relativo a la reactivación de la función de macelo, Marta Sánchez insiste en la intención del grupo empresarial de contar con parte de los antiguos trabajadores del Matadero Central: "Queremos reabrir el macelo lo antes posible, y para lograrlo los antiguos trabajadores son una parte primordial, porque no hay mejores personas para trabajar aquí que ellos, que conocen bien las instalaciones y la maquinaria", explica la empresaria.

La precisión no es baladí. La extensión de las instalaciones hace que sea sencillo perderse por sus múltiples dependencias. Según explica Luis Alberto Sánchez, en los corrales para el ganado hay capacidad para 500 reses y un millar de cerdos. Además, una infinidad de salas y cámaras se diseminan por todo el piso inferior del complejo, cuya amplitud impresiona. "Es como una ciudad", afirmaba ayer Amparo Antuña, mientras seguía al empresario sierense por las dependencias.

"Son unas instalaciones impresionantes, por su magnitud y por lo bien conservadas que están. Creo que no hay en Asturias otro matadero del calibre de este", añadía la alcaldesa de Noreña, que mostró durante toda la visita una gran complicidad con los nuevos propietarios de las instalaciones, a los que además agradeció su intención de contar con los antiguos trabajadores de Junquera Bobes para esta nueva etapa.