La Cueva de San Pedrín, en Narzana (Sariego), fue ayer la protagonista. Su buena acústica y el entorno permiten que el concierto anual, coincidiendo con las fiestas, sea especial. Así lo reconoce el presidente del Coro Errante de la Comarca de la Sidra, Javier Parajón, que promueve este encuentro musical junto con la comisión de festejos. "Queremos seguir con ello porque cada vez viene más gente. Éste es el tercer año que lo hacemos y optamos por actuaciones variadas, no sólo coros, para que será más ameno. Y está teniendo buena aceptación", apuntó. Se siente orgulloso no sólo de la acogida por parte del público, también por tener "un patrimonio que no vendemos casi al exterior, aunque los sareganos somos conscientes de ello, como es una cueva natural como ésta".
El presidente del Coro Errante añadió que son dos razones fundamentales las que les motivaron a poner en marcha esta actividad. La primera, que la cueva de San Pedrín tiene "muy buena acústica". La segunda, y no menos importante, es que es una forma de aprovechar el escenario y el emplazamiento, que supone mucho trabajo acondicionarlo para hoy domingo, que es cuando se celebra la misa en asturiano, a las doce del mediodía, en honor al santo, que a tantos fieles atrae. "Así es un día más de fiesta", matizó Parajón, y el público, encantado de poder disfrutar de la música en un enclave único.
El gaitero Pablo Carrera inauguró la tarde-noche musical de San Pedrín. Le siguieron las canciones populares del trío Llocántaru y las del anfitrión, el Coro Errante, que dieron paso a la tonada de Avelino Corte. La Coral Polifónica Bembrinense, de Ponferrada, tampoco quiso perderse el acto y Marisa Valle Roso se encargó de poner el punto y final a la "Música en la Cueva". Los festejos siguen hasta el martes y mañana es su popular motocross.
