Noreña cerró esta semana una de las páginas más importantes de su historia chacinera. La empresa Embutidos El Hórreo, fundada en el año 1908, culminó el pasado jueves el traslado de su unidad productiva desde sus instalaciones en la calla Las Cabañas de la Villa Condal a una nave industrial de Meres en la que pretende duplicar su producción en el medio plazo.
La propia industria hizo pública la pasada primavera su decisión de buscar en el concejo vecino lo que no había encontrado en Noreña. Los hermanos José Severino, Carmen y Joaquín Monte, tercera generación de administradores de la empresa aseguraron que tras años intentando ampliar sus instalaciones en el concejo sin éxito no podía escapar la oportunidad de irse a unas instalaciones que favorecerían el desarrollo de su actividad.
Entre los principales motivos que desgranaron para renunciar a quedarse en Noreña estaba la dificultad para desarrollar un espacio en las áreas industriales disponibles en la zona. "Somos chacineros, no promotores", indicaron en su día para dar una idea de la difícil situación urbanística local para desarrollar una nueva industria, así como la imposibilidad física de ampliar sus instalaciones en Las Cabañas.
Si bien la actividad productiva ya está trasladada, la mudanza no se completará hasta las próximas semanas. "De momento sólo hemos trasladado el 80%, pues el otro 20% en el que se encuentran las oficinas todavía está en Noreña", explica el administrador, José Severino Monte en referencia a un proceso que pretende dar la capacidad a la empresa para pasar de los 16 empleados que tenía el año pasado a 28 en los próximos ejercicios.
Entre las ventajas que la empresa confía en tener en Siero está la posibilidad de aumentar la producción y abastecer los nuevos mercados que quiere abrir en numerosos países, donde sus nuevos productos salidos del departamento de I+D podrían tener gran aceptación y favorecer así el crecimiento de la plantilla de trabajadores.
Por otro lado, El Hórreo pretende mantener en Noreña sus actuales oficinas de I+D y desarrollar si fuera posible un museo de antiguos oficios en el que se expongan objetos y recuerdos de los primeros pasos de la industria chacinera y otros sectores artesanales en la Villa Condal como homenaje a los emprendedores de las generaciones anteriores de la familia Monte.
