La gente de Grátila y los pueblos de alrededor se ha volcado con el mercadillo tradicional de la localidad, que este año cumple su octava edición, y por suerte no ha tenido que estar constantemente mirando el cielo, como ha ocurrido desde que se puso en marcha. Un sol radiante brilló durante toda la primera jornada, que tuvo lugar ayer, en la que no faltaron los ingredientes clásicos de este tipo de acontecimientos: puestos de venta de productos artesanales de todo tipo, actuaciones en directo, música tradicional a cargo de la banda "Los Yerbatos", de Bimenes y comida, mucha comida. Boroña preñada, carne a la parrilla, fabada y un largo etcétera, todo regado con sidra.

El pueblo lucía en todo su esplendor como marco ideal de un escenario asturiano, jalonado en distintas partes por las esculturas de Guillermo Loureiro, el escultor afincado en Buyeres que ya el año pasado estrenó para la ocasión grandes figuras antropomórficas realizadas en madera.

La asociación cultural "La puente arriba" es la organizadora del mercado desde sus inicios. Una de sus vocales, Carmen Huerta, celebra el éxito con que ha venido siendo recibida la iniciativa a lo largo de los años, que lo ha asentado ya como una de las citas de referencia de este tipo de mercados. "Nosotros ya hacíamos muchas cosas; de hecho, es para lo que nació la asociación, para animar la zona rural y un día el presidente, "Joselín" (José Lafuente) propuso que hiciéramos el mercado y lo hicimos; ahora ya es cada vez más conocido", apunta.

Cantar recuperado

Este año, además, hay una novedad. Tras el pregón del mercado, la asociación entonó un cantar, recuperado por Casilda Ríu, que casi con toda seguridad se convertirá en el himno oficial del colectivo, y que reza: "Dicen que Nava ye feo / porque no tiene balcones / pero tien neñes guapes ¡Aúpa! / que roben los corazones / Somos de la Puente Arriba / somos y no lo negamos / pero en una romería ¡Aúpa! / somos los que la pintamos".

Carmen Huerta se muestra muy agradecida con la buena disposición y la colaboración desinteresada de los vecinos de Grátila y de otros pueblos de alrededor con el mercado. "Estuvieron barriendo el pueblo días atrás para dejarlo bien, el viernes había en el pueblo casi tanta gente como hoy (por ayer) con el trabajo que dio montarlo todo", aseguró. El pueblo acoge hoy la segunda y última jornada del mercado tradicional, que va sumando adeptos con el paso de los años.