No todo el pan de escanda que se vende es cien por cien asturiano. La Asociación asturiana de productores de escanda (Asapes), que ayer celebró el Festival de Grado, mantiene una lucha contra lo que considera un fraude. Esa batalla fue un acicate para mostrar al público la verdadera escanda de la región y motivar a los compradores a apostar por productos elaborados con el cereal que se cultiva, sobre todo, en la comarca del Camín Real de la Mesa. "Todos los que estamos aquí somos los que tenemos escanda de Asturias, de la auténtica, así que todo lo que se vende por ahí no puede ser cien por cien escanda de Asturias", precisa José Luis González, productor y panadero de Grado.

El fraude es el principal obstáculo para la expansión de la producción de escanda, alegan los productores, de ahí que las medidas para entrar en el colectivo sean muy restrictivas para que aseguren que el grano sea de origen y la plantación crezca en Asturias. "Que busquen y comparen con otros panes que dicen que son de escanda de Asturias. Seremos más caros o más baratos, pero traemos escanda de Asturias", asegura José Vega, otro de los productores.

Unas medidas restrictivas para entrar en el colectivo regional con las que pretenden asegurar la entrada de los productos en el mercado bajo la etiqueta "Escanda de Asturias". Asapes lleva desde 2008 intentando que la Unión Europea ampare el grano y las harinas bajo una denominación de origen que se está demorando con las exigencias de Bruselas.

Escasos en producción no andan. Esta cosecha han recogido alrededor de 25 toneladas de erga (el grano con la cáscara) y todas están ya vendidas y, como dice Vega, "si más hubiera, más se vendería". El colectivo es consciente de la necesidad de aumentar la producción para seguir fortaleciendo el cereal y sumar más toneladas que hagan de la escanda un producto mucho más competitivo en los mercados.

"Uno de los obstáculos que tenemos es el acceso a los terrenos, que tienen que cumplir unas determinadas características para la buena marcha de la producción, y deben ser llanos o semillanos para que puedan entrar las máquinas; el trabajo de ahora es mucho más ligero que antes", explica Vega. Asapes cree que el crecimiento ordenado de nuevas fincas con el cereal más asturiano podría redundar en una mejoría general para todos. Y aseguran que de la escanda se puede vivir.

"Depende del negocio y cómo lo vayas a hacer, lo mejor sería enfocarlo hacía la panadería, con un obrador y con 6.000 kilos de grano vive una familia", asegura.

Y hay muchas formas de hacerlo. Rubén Domínguez y Pepe Álvarez hacen la pareja perfecta. El primero produce y el segundo vende a granel en una tienda de Oviedo. Y la cosa marcha bien. Álvarez destaca que los consumidores valoran el origen de la escanda e indica que cada vez es mayor la afición a panificar en casa y la escanda es el grano preferido por sus clientes.

La escanda muestra buena salud después de siglos en la región y de su casi desaparición en las últimas décadas. Y muestra fortaleza para seguir creciendo y convertirse en un producto de referencia en la región.