La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los cosecheros agradecen las lluvias por la sequía que afecta a la manzana

La escasez de precipitaciones hace que el fruto crezca menos de lo deseable y que se caiga más de los pumares

José Andrés Vega, en su pumarada de Cabranes. MARIOLA MENÉNDEZ

La lluvia de ayer fue recibida con los brazos abiertos en el campo asturiano y, más concretamente, en las pumaradas de la Comarca de la Sidra. Este agua viene a calmar la sed de los manzanos. "Hacía falta que lloviera un poco...", apunta Isaac Argüelles, cosechero de Villaviciosa, con fincas en Fuentes y en Cazanes. La falta de precipitaciones de este verano "está afectando, pero al ser año de no cosecha, no se sabe bien hasta qué punto", anotó. "Si hubiera llovido en agosto...".

La falta de agua está repercutiendo en que la fruta está creciendo menos y cae más al suelo. "Afecta la sequía porque la manzana tenía que estar un poco mayor", explica el productor maliayés Antonio Torres. Añade que otro de los efectos negativos es que "cae del árbol" y también acaba derivando en un "agrietamiento del suelo y puede ocasionar un estrangulamiento de la raíz". Añade que la escasez de precipitaciones no perjudica a todos los árboles por igual. Tiene claro que "hace falta agua, sin ninguna duda". Por eso, la de ayer fue muy bien recibida, pues los cosecheros llevaban tiempo mirando al cielo. No obstante, Antonio Torres puntualiza que "un chaparrón puede ser peligroso porque tira la manzana y moja porco la tierra". Agrega que lo ideal es que vengan varios días de lluvia suave u orbayo. "Me conformaba con que lloviese 24 horas", concluye.

José María Díaz tiene varias pumaradas en Nava. "Está cayendo algo de manzana y quizá venga algo más pequeña, pero viene buena manzana", apunta, mientras apura los preparativos de una campaña de recogida de la cosecha que empezará en cuanto comience octubre. La maduración de la fruta se ha atrasado porque arrastra la demora de la floración.

Según el cosechero José Andrés Vega, de Cabranes, "no está afectando mucho" la sequía porque "hay poca producción", por la vecería del manzano, lo que significa que los años pares no toca recoger demasiada cosecha. Se queja más del hongo oídio, que prolifera con los cambios bruscos de temperatura y "afecta a la hoja", por lo que el "árbol no está fuerte". Destaca que "afectó mucho a los robles de esta zona y está cayendo mucha hoja". También atacó a los pumares.

El llagarero y cosechero naveto Francisco Ordóñez estima que será una buena cosecha, mejor que hace dos años pero sin ser tan excesiva como la pasada. "Esta lluvia vale muchísimo y llega en la fecha ideal". Este año hay más fruta en el interior, como en Nava, que en la costa.

Compartir el artículo

stats