La procesión del Ecce Homo de ayer resultó muy diferente de las vividas durante los últimos años. La Cofradía de Jesús Nazareno de Noreña decidió en los últimos días renunciar a colocar el sistema de megafonía que tradicionalmente permitía seguir los rezos de la misa y la procesión mediante altavoces por todo el recorrido.

Un cambio que no había generado unanimidad entre los propios cofrades y que ayer fue criticado por algunos devotos que consideran que los actos religiosos perdieron con la modificación "mucha tradición y vidilla".

Es el caso de Carmen Vega, una vecina que cada año acude con una vela a la capilla de La Soledad para agasajar al Ecce Homo, que cree que la renuncia a la megafonía fue un claro error. "La procesión ganaba mucho con ese sistema y aunque haya algunas quejas no deberían de cambiarlo", opina.

En la misma línea se pronuncia María Dolores Fanjul, que tras toda una vida asistiendo a la procesión, considera que la celebración está perdiendo vistosidad con estos cambios. "Deberían hasta multar a la gente que se queja por cosas que se hicieron toda la vida y que son buenas", explica la mujer que lamenta que con el paso del tiempo se hayan perdido otros atractivos como la participación de caballos o de la Banda de Música, cuyo papel se ciñó a interpretar el himno nacional en el quiosco de la música.

Pese a las quejas, la participación fue multitudinaria y fueron varias las personas que participaron descalzas en la procesión y con velas en la mano con las que en muchos casos quisieron agradecer ofrecimientos cumplidos por el santo. "Nunca he pedido cosas muy difíciles, pero siempre se me cumplieron", señaló Nieves Gil al inicio de un recorrido que se alargó durante alrededor de una hora y culminó en despedida. "El año que viene más", señalaban los devotos tras devolver la imagen a la capilla.