Con la proximidad del otoño llega uno de los frutos secos más preciados del campo asturiano: la nuez. Luis Enrique Longar es uno de los productores que la comercializan bajo los aleros de la plaza cubierta de la Pola, y tiene claro que la nuez autóctona no tiene competencia en cuanto a sabor. "Las nueces asturianas tienen más sabor que las de fuera, las que traen de Francia o de California; no hay comparación", asegura. Aunque es consciente de que existen muchas variedades y de que hay diferencia entre unas y otras, considera que la asturiana es una nuez más valiosa.
En su caso, ha comenzado a recoger el fruto de los nogales, que este año han dado una de cal y otra de arena. "Este año hay mucho fruto, los nogales vienen cargados, pero el problema es que hizo mucho sol y están secando y cayendo al suelo muchas nueces, se está perdiendo mucho fruto", asegura.
En los pueblos, según explica, los nogales no se suelen plantar. "Se encargan sobre todo los cuervos, y también las ardillas; comen los frutos y los llevan de un lado a otro, y, de repente, aparecen los nogales", señala.
La nuez es un producto muy valorado no solo por su sabor sino también por sus características nutricionales: se le atribuyen propiedades antioxidantes, que ayudan a frenar el envejecimiento, también ayudan en la prevención de enfermedades cardiovasculares, y se dice que son muy buenas para la memoria. También son ricas en fibra y en algunas vitaminas y minerales.
Eso sí, son frutos secos beneficiosos pero solo si se toman en pequeñas cantidades, porque también contienen muchas calorías.
"Las nueces son buenas y la gente cree en ello y las compra", dice Longar. En su puesto de la plaza cubierta aparecen los primeros frutos de la temporada junto a otros como lechugas, patatas, pimientos y cebollas.
Este año, la cosecha ha sido irregular. El agua de las últimas semanas, por ejemplo, ha sido buena para plantaciones como la de maíz, pero mala para otras, como los melocotones.
El comerciante cree que, en los últimos tiempos, el mercado ha decaído en compras. "Se nota mucho la crisis; desde que apareció, la gente mira mucho por el dinero; gente sigue habiendo en el mercado, creo que hay más que nunca, pero la mayoría no compra", asegura.
Aún así, las nueces siempre tienen su clientela.
