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El alcalde yerbato, "showman" nupcial

"Trato de hacer bodas distintas, aunque depende de los contrayentes", asegura Aitor García Corte, capaz de pegarse un cartel de Superman o improvisar bromas

La coreografía inicial del enlace.

Quienes le conocen un poco saben de sobra que las bodas que oficia el alcalde de Bimenes, Aitor García Corte, no pueden ser normales, al uso. Él les imprime su personalidad e ingenio, que ha demostrado en abundantes ocasiones en lo que va de mandato. Eso sí, asegura que tiene en cuenta cómo son los novios y sus gustos, para no defraudarles. Pero si los conoce, son amigos o hay confianza, se suelta.

Que se lo pregunten a Águeda Fernández Gálvez y a David Setal Álvarez. Los casó este verano y la ceremonia ya empezó con el alcalde sumándose a la coreografía de entrada de la novia con los invitados, y a la que se sumó hasta el padrino. El vídeo está colgado en internet, supera ya las 7.690 visualizaciones y lleva por título "La boda más divertida del mundo".

Siguiendo con el buen ambiente, García Corte, pide "un poquitín de respeto para la entidad que él representa", pues parece no haberle gustado un cartel en el que se aconseja a la novia: "cásate con alguien que dejaría que Batman fuera sacerdote de tu boda". Ni corto ni perezoso, se quita la americana. "No, no hay derecho que a mí se me compare con Batman, porque no soy Batman, soy Superman", espeta, dejando ver en su espalda una pegatina azul con la "S" roja sobre fondo amarillo, propia del superhéroe. Como era de esperar, se ganó las risas y aplausos de los asistentes, incluso de los novios, que no pararon de reírse.

Pero no se para ahí. Haciendo un guiño a que la familia de la novia regenta un conocido bar en Bimenes, saca una botella. Incluso se coloca una estola para darle el carácter cristiano al rito civil. Las bromas continúan con la entrega de una caja precintada a modo de "test de calidad para saber si los novios son los novios" de la que saca unos calzoncillos que supuestamente pertenecen a él y un pañuelo con manchas rojas como si ella hubiera superado con éxito el rito gitano. Las carcajadas son constantes. Por si fuera poco, el alcalde les hace entrega de unas cartas con las bromas picantes que suelen estar presente en las bodas. Después se pone algo más serio para leerles los artículos del código civil, realizar el intercambio de anillos y, finalmente, declararles marido y mujer.

Ocurrencias

"Tratas de hacer bodas distintas, aunque unos la quieren más sobria y otros más simpática", explica García Corte. Aunque reconoce que la de Águeda Fernández Gálvez y David Setal Álvarez ha sido la más divertida de cuantas ha realizado hasta la fecha. "Fueron todo ocurrencias mías", reconoce, y "fue de risión total". Pero claro, una cuestión importante para acertar con las bromas es "conocer bien" a los contrayentes. "Suele ser algo guapo", añade. Además, Bimenes aprobó hace algo más de una semana la ordenanza para oficiar enlaces matrimoniales.

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