Llega el otoño y, con él, el cisma del fútbol poleso. Como ya es habitual en los últimos años, el arranque de la temporada del deporte rey en todas sus categorías es sinónimo de enfrentamiento entre los cuatro clubes polesos que actualmente utilizan el estadio de El Bayu. Unos roces que tienen como principal reclamo el reparto de unos horarios de uso que unos sostienen que privilegia a ciertas entidades, mientras que éstas reclaman que se respeten su mayor antigüedad y solera.

El encargado de abrir la veda en esta ocasión fue el coordinador del Atletico Siero, Agustín Fernández, que está indignado porque se le asignase a su equipo infantil un horario de entrenamiento nocturno. "No se puede mandar a unos críos de 12 años a entrenar a las diez de la noche", señala Fernández, sobre un equipo que, como respuesta, entrena a las siete de la tarde en unos terrenos situados junto al campo, aunque anuncia movilizaciones para cambiar la situación. "Nos quieren desterrar por unos intereses personales y políticos, y haremos lo que sea para acabar con este atropello", comenta, en referencia a la estrecha relación de otros clubes como el Romanón con cargos como el edil y exalcalde de Foro Eduardo Martínez Llosa, que fue presidente de ese equipo.

En la misma línea se pronuncian los representantes del Unión Deportiva Siero, que dan por hecho que existe una clara preferencia por clubes concretos. "Pedimos adelantar un cuarto de hora los horarios de entrenamiento para no acabar a las once y media de la noche, y resulta que los adelantan, pero para beneficiar al Romanón", declara el portavoz del equipo, Antonio Nogales.

Unas acusaciones que tanto el Romanón como el Club Siero rechazan, al tiempo que reivindican mayor disposición de los clubes de reciente creación para llegar a acuerdos. "No puede ser que lleguen ahora y quieran que seamos nosotros los que nos adaptemos", explica la secretaria del club, Dolores Fuego, quien recuerda que cuentan con diez equipos de categorías inferiores y el año pasado cedieron parte de su tiempo para tratar de contentar a todos. "Redujimos las sesiones en un cuarto de hora, y siguen acusándonos de privilegios".