Un informe municipal certifica la necesidad de actuar sobre el palacio de la Torre de Celles para evitar su ruina. El documento, redactado por los servicios técnicos municipales, propone, además, algunas actuaciones necesarias para garantizar la supervivencia del inmueble, una joya del Barroco astur.

La redacción del informe supone el primer paso en una actuación impulsada por el Ayuntamiento de Siero para que los propietarios del palacio asuman su deber de protección del inmueble y acometan su rehabilitación. Una iniciativa en la que el consistorio sierense actuará en coordinación con la Dirección General de Patrimonio del Principado, a la que se remitirá el documento en fechas próximas.

"El objetivo final sigue siendo salvar el palacio de Celles", asegura la concejala de Urbanismo, Noelia Macías, quien destaca, asimismo, el trabajo de los técnicos municipales en la redacción de un informe que "es un análisis completo de la situación actual del edificio".

Entre las propuestas para propiciar la supervivencia del palacio, el informe especifica la necesidad de rehabilitar la cubierta, que se ha hundido en diversos tramos en los últimos año. "Esa es una medida fundamental", precisa Macías.

La implicación de los actuales rectores del Ayuntamiento de Siero y de la Dirección General de Patrimonio en la protección del palacio de Celles abre un escenario inédito con vistas a la rehabilitación del inmueble. El gran enemigo para evitar la ruina del palacio, en todo caso, es el tiempo. La cubierta de la crujía sureste, en la que se localiza la fachada principal (y más valiosa) del edificio, ha desaparecido casi por completo. De hecho, los restos de la cubierta y de los muros de la vivienda en la que hasta hace unos meses residía la sierense Pilar Fernández bloquean en la actualidad la entrada principal del inmueble.

En la actualidad ya no quedan inquilinos en el palacio, toda vez que después de la marcha de Pilar Fernández, desalojada por el riesgo de derrumbe de su vivienda, también se fue la otra familia que residía en el edificio.

Ante el deterioro del inmueble y el riesgo de desprendimiento de piedras y fragmentos de cubierta, el consistorio sierense instaló un vallado para evitar el acceso al interior de la Torre de Celles.