La propuesta del gobierno local de impulsar un nuevo plan de movilidad con el que dar solución a los problemas de tránsito -rodado y a pie- del concejo no ha terminado de encajar entre los vecinos. Si bien todos coinciden en que Llanera tiene "graves problemas", centrados sobre todo en la falta de aparcamiento y el alto volumen de vehículos que circulan por las principales arterias del concejo, la posibilidad de peatonalizar algunas calles y restringir el paso en otras no han sido acogidas de buen agrado por sus usuarios.
"No sé dónde estará la solución a todos los problemas que tiene el concejo, porque está muy mal estructurado. La calle principal de Posada parece un 'western', con todos los camiones y vehículos que pasan por aquí, coches en doble fila... Aquí hace falta mucha planificación", lamenta José María Moreno, vecino de Posada, quien asegura que "a según qué horas no se puede transitar".
Uno de los grandes problemas que afronta el concejo y, en especial, su capital, es la falta de estacionamiento. Para tratar de dar solución a este "eterno conflicto", Moreno aboga "por poner zona azul", con el fin de que aumente la rotación de vehículos y haya más huecos libres para el estacionamiento.
Beatriz González, quien se desplaza a diario desde el concejo de Siero a Posada para trabajar, también coincide en que la escasez de plazas de aparcamiento "es un gran problema". "Estoy muy descontenta, porque no hay dónde dejar el coche, por lo que mucha gente se ve obligada a parar en doble fila, con el inconveniente que esto supone", clama esta vecina de Lugones.
Otro de los problemas a los que el Ayuntamiento tratará de dar solución es el gran volumen de tráfico que cruza Posada, al ser esta vía, la AS-17 (carretera que une Oviedo con Avilés), muy frecuentada por camiones de gran tonelaje. Para ello, la propuesta inicial pasa por la construcción de una variante que desahogue el tránsito. Ésta es una de las grandes aspiraciones históricas de los vecinos del concejo, que González no comparte. "Si construyen un itinerario alternativo lo que va a suceder es que la gente dejará de pasar por el pueblo, y eso supone una pérdida. A mí, por ejemplo, muchas veces me entran camioneros a comprar un bollo preñao. Que no es que sea gran cosa, pero suma, como todo", argumenta la sierense sobre los beneficios que reporta el tránsito de vehículos para los comercios.
Por su parte, Charo Jiménez, vecina del concejo, tiene sentimientos encontrados sobre la posibilidad de la construcción de las variantes -Lugo y Posada-. "Por un lado pueden estar bien, porque ayudan a que pase menos tráfico, evitando problemas de ruidos, contaminación y puede que también aparcamientos. Aunque, por otro lado, esta medida puede afectar directamente al comercio local, ya que al disminuir el tráfico también baja la afluencia de gente", comenta la llanerense.
En lo que tampoco está muy de acuerdo Jiménez es en la peatonalización de ciertas calles. "Aquí tenemos cuatro calles. No tiene sentido restringir el acceso de vehículos a ninguna de ellas. En lo que deben centrarse es en crear más aparcamientos, que es el eterno problema del concejo. Sobre todo en Posada", sentencia.
En una línea muy similar, Ángel López, electricista también vecino del concejo, no ve bien la nueva normativa que planea implantar el Ayuntamiento. "Quieren peatonalizar ciertas calles, algo que no veo correcto. También considero que para habilitar más plazas de aparcamiento lo que tienen que hacer es pagar", sugiere este vecino de Posada, que desconfía del resultado final de esta iniciativa: "La teoría es muy guapa, pero a ver en qué queda la práctica", concluye.
Entre las intenciones del tripartito con este nuevo plan de movilidad también está convertir el concejo en un lugar más accesible para las personas con movilidad reducida. "El Ayuntamiento nos convocó recientemente para una reunión en la que nos pasaron un borrador del estudio a fin de que podamos ofrecer propuestas para mejorar la vida de las personas con algún tipo de problema de movilidad, y conseguir un municipio lo más óptimo posible para nosotros", explica Juan Majada, presidente de Llanera Sin Barreras.
