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Los afectados por el argayo de El Berrón inician su reparación pasados casi dos años

El Ayuntamiento de Siero advirtió de una ejecución subsidiaria y de multas a los propietarios si no restauraban la zona

Operarios y una máquina trabajando ayer en la zona. L. BLANCO

Los propietarios de las dos viviendas afectadas por el argayo producido el 21 de enero de 2015 en la calle de la Estación de El Berrón iniciaron ayer los trabajos para la reparación del desprendimiento tras casi dos años de disputas acerca de la responsabilidad tanto de la causa de los daños como de su arreglo.

La propiedad de los inmuebles decidió asumir el coste del arreglo tras recibir un ultimátum por parte del Ayuntamiento de Siero por el cual se le instaba a reparar unos desperfectos que mantienen inutilizada parcialmente una acera. De no acceder a dicha petición, el propio Consistorio acometería una reparación subsidiaria y procedería a interponer las multas contempladas en la normativa municipal en estos casos.

Esa advertencia llevó finalmente a los vecinos a promover las obras, al considerar que sería la opción más beneficiosa tanto para sus bolsillos como para su seguridad, ya que creen importante restaurar la zona de cara al invierno para evitar otros posibles argayos, como el ocurrido a inicios del pasado año.

Ya el año pasado, el Ayuntamiento trató de forzar a los vecinos a acometer la mejora antes del invierno, si bien éstos le reclamaron tiempo para poder acudir a los tribunales, en un intento por demostrar la responsabilidad de los constructores de las viviendas en unos hechos que, por suerte, no ocasionaron ningún daño personal.

Finalmente, y tras varios meses de espera, los propietarios decidieron solicitar la licencia de obra y emprender los trabajos por su cuenta, aunque no descartan otras fórmulas para demostrar que el pago de los daños no debería correr por su cuenta.

Con respecto a los trabajos, los titulares de las viviendas calculan que podrían estar terminados en un máximo de cuatro meses, aunque advierten que esto dependerá de la dificultad que los técnicos encuentren para dejar la zona perfectamente restaurada y con la seguridad garantizada frente a posibles desprendimientos futuros. Esta solución acabará con un quebradero de cabeza para la concejalía de Urbanismo, que lleva más de un año batallando por devolver la zona a la normalidad y recuperar la acera.

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