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Los productores, pendientes de que la lluvia no estropee la faba, muy retrasada

"Viene más pequeña por el agua de la primavera y por la seca del otoño, pero de calidad muy buena", dicen los agricultores maliayeses

Armando Fernández.

En Villaviciosa, tierra de fabes, la cosecha llega casi con un mes de retraso. La razón es que "se sembró tarde porque llovió mucho en primavera" y hubo que esperar, explica Armando Fernández Vega, "El Moreno", que agrega que "la faba tiene un ciclo de entre 120 y 130 días desde que se siembra hasta que se recoge", por lo que también habrá que tener paciencia para quitarlas de la planta. Si en otras campañas, en las que lo habitual era sembrar en mayo, a finales de septiembre ya estaban recogidas, este año, calcula, no madurarán hasta finales de octubre o principios de noviembre.

De momento, el tiempo está siendo benévolo con les fabes porque el calor de este otoño les resulta favorable. Lo malo será si empieza a llover y llegan las nieblas, porque pueden acabar manchando la alubia. Pero, de momento, viene "algo más pequeña por la seca (sequía), pero de calidad muy buena", destaca. Fernández apunta que aún es pronto para determinar si esta será una cosecha abundante, pues "no se sabe hasta que no se recojan, pero aparentemente las plantas están bien granadas".

Armando Fernández cultiva sus fabes en El Carbayu, junto a la ría de Villaviciosa, que es "una zona buenísima de fabes porque cuando llueve mucho entra la riada y deja muy buenas propiedades". Se refiere al agua dulce del río Linares, no a la salada del estuario. Destaca otros lugares del concejo que son adecuados para este cultivo, que requiere "tierra muy suelta y suave". Se suelen dar bien en las orillas de los ríos como en Priesca, Sebrayu, Grases y El Carbayu (cerca de La Barquerina). En Les Mariñes también hay buena faba, al igual que en Moriyón.

Armando Fernández es partidario de recoger la faba en verde. Indica que hay que retirarla de la planta una vez que haya madurado, con la vaina amarilla o blanca, "pero no seca, y según se quita, directamente al congelador", recomienda este maliayés que cultiva alubia asturiana. Cuando se quiera cocinar también "va directamente a la perola y en menos de una hora está cocida".

Entre las ventajas de la faba en verde está que "no rompe ninguna y no tiene piel". Aunque asegura que la mayoría de los restaurantes se decantan por este tipo de alubia, aún es difícil de conseguir en el mercado para uso doméstico. Pero sus partidarios no comparten el proceso tradicional de dejar secar les fabes para deshidratarlas para después tener que hidratarlas dejándolas a remojo antes de cocinarlas.

Ramón Villa Piquero e Ismael Fernández, presidente y secretario de la Cofradía Amigos de les Fabes de Asturias, con sede en Villaviciosa, confirman que "la cosecha viene muy irregular porque llovió mucho en primavera e hizo frío, y eso hizo retrasar la siembra. No favoreció el tiempo para germinar", esgrimen. Por lo que también coinciden en que la cosecha "viene retrasada". "Ahora conviene buen tiempo para que la faba pueda prosperar, porque si llueve hay riesgo de que manche y no madure", argumenta Ismael Fernández. No obstante, aunque esta "no será una cosecha de las mejores, tampoco de las peores". Eso sí, la "calidad de la faba es buena y está limpia", concluyen.

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