El traje tradicional asturiano centrará el domingo toda la atención de vecinos y visitantes en Grado. La villa moscona acoge la primera edición del "Día del traje del país", con el que quiere poner de relieve la importancia cultural y etnográfica de la forma de vestir tradicional en la evolución social de la región. "El estudio de los aspectos de la cultura asturiana recae en particulares, no suele interesar en las políticas culturales y no se puede amar algo que no conoces", afirma Berto Suárez, organizador.

El traje tradicional está enmarcado en la moda general europea hasta el siglo XX, determinado por el clima y la economía, de ahí sus peculiaridades. La entrada de la industria de la moda comienza a cambiar las formas de vestir y la indumentaria habitual queda relegada a ocasiones especiales, lo que se conoce como revestirse. "Tenía una función de abrigo, pero daba información del estatus, algo que también pasa hoy día, y aportaba información de pertenencia a un grupo social concreto", explica Suárez.

Como ejemplo están las faldas de las mujeres, negras para las viudas y más coloridas para que las solteras destacasen en los eventos sociales. Igualmente, cuanto mayor era el refajo, más rica era la mujer. Y, también, más coqueta. Unos rasgos que varían por comarcas, pues no vestía igual el paisano de Cangas del Narcea que el de Llanes. Otra característica es que los trajes se adaptaban a distintas tallas con elementos de ajuste, y esto está en relación con el aspecto económico: a las faldas se les añadían telas según iban creciendo.

A partir del siglo XX, con la llegada de una nueva economía basada en la industria, los trajes comienzan a adquirir adornos contemporáneos, como pasamaerías y lazos. Los hombres abandonan la montera picona por la boina, y las mujeres comienzan a enseñar más pelo. La evolución del traje del país fue al compás de la historia y es un elemento cultural que ofrece información sobre el pasado de la región y sobre sus habitantes.

Grado recuperará esas claves el domingo con el mercado lleno de personas vestidas de forma tradicional. "No hay un programa definido, de lo que se trata es que la gente salga al mercado y al vermú a lucir el traje, bailar y cantar de forma espontánea", detalla Suárez. Además, la capilla de Los Dolores acogerá el concurso "Indumentaria", que premiará los trajes que más se ajusten a la forma tradicional. Ya hay 42 personas apuntadas. Ahora, en Grado, sólo queda disfrutar.