"El castaño es un árbol con una gran historia, que ha sido importante para distintas civilizaciones, pero también con gran potencial en distintos ámbitos: económico, social, humano... Es un árbol con pasado, porque antes de las papas las civilizaciones sobrevivían gracias a las castañas, pero también con futuro". El autor de esta reflexión es Jean Jiménez, realizador audiovisual de la Universidad de Toulouse -Jean Jaurès, que estos últimos días ha filmado en diversos puntos de Asturias, con Siero como base de operaciones, varias escenas para una serie de documentales científicos que prepara sobre el castaño. Ayer, cuando Jiménez y su colaborador Franck Delpech filmaban en las instalaciones de Siero Lam, en Argüelles, ambos atendieron a LA NUEVA ESPAÑA.

Jiménez habla un español fluido. No en vano, tal y como advierte su apellido, es de raíces españolas: sus padres eran refugiados, emigraron a Francia durante la Guerra Civil. El idioma lo pulió en la universidad, pero quizás esas raíces tengan algo que ver con su fascinación por los castaños, unos árboles de los que se declara "enamorado desde los 14 años".

Durante su trayectoria como realizador científico en la universidad de Toulouse, que se remonta treinta años atrás, Jiménez ha liderado proyectos sobre la cultura del café y la del vino, siempre tratando de analizar esos fenómenos desde distintos enfoques y puntos de vista, haciendo confluir las experiencias de distintos actores vinculados a las culturas desarrolladas en torno a esos productos, y también desde unas perspectiva transnacional. Algo que también está aplicando en el proyecto en torno al castaño, que se compone de 17 películas y cuyo título global es "Le renouveau de la castanéiculture dans le sud-ouest européen". Un proyecto que le ha llevado a recorrer distintos territorios de Francia, Italia, Portugal y España.

En Asturias, Jiménez persigue capturar una vertiente de la cultura del castaño que no ha logrado encontrar, con este grado de desarrollo, en otros territorios: la maderera. Para ello, Jiménez contó en la región con dos guías de excepción: Juan Majada, del Centro Tecnológico y Forestal de la Madera (Cetemas), cuya sede está en Carbayín Bajo, y Pedro Martínez, propietario de Siero Lam.

"Majada es uno de los científicos más increíbles que he conocido. Cualquier duda que tengas, cualquier pregunta, te la explica de inmediato, y la razona. Tiene un conocimiento que abruma. Y de Pedro (Martínez) me impresiona el cariño que tiene a los árboles: Nos llevó a conocer los bosques de Teverga y me sorprendió verle tocar los árboles, casi como si hablara con ellos", relata Jiménez.

Sobre la elección de Asturias para explorar esta vertiente de la cultura del castaño, Jiménez pone de relieve el poderío de la industria maderera asturiana: "En torno al 80% de la madera de castaño que se comercializa en toda España procede de Asturias. Pero además, nos interesaba visitar este aserradero, que creo que es el mayor de toda Europa. O al menos es el más grande que yo he visitado", explica Jiménez.

Además de la vertiente plenamente maderera, Jiménez y Delpech se llevan otros valiosos hallazgos para su estudio del territorio asturiano: "En Francia no tenemos los magüestos, aunque nos gusta mucho ir a recoger castañas. Es lo que llamamos 'le glanage'", relata Jiménez.

Los dos realizadores abandonaron territorio asturiano en la tarde de ayer. La próxima parada de su viaje de investigación es Galicia. "Vamos a ver cómo trabajan la recogida los campesinos, porque no tienen cooperativas ni empresas, pero sí una gran producción. No sabemos cómo lo hacen. Y después iremos a Portugal, a ver otra forma de producción", relata.