Los fieles de Celles y la Pola despidieron ayer al que ha sido su párroco durante los últimos cuatro años, Sergio Martínez. Y lo hicieron desde el corazón, con dos emotivos actos en los que quedó de manifiesto la sintonía y el cariño que en estos años ha unido a los fieles con el sacerdote, promocionado al puesto de rector del Seminario Diocesano de Oviedo. Su amigo y sucesor al frente de las dos parroquias sierenses, el maliayés Juan Manuel Hevia, acompañó a Martínez en los dos homenajes, mostrando una gran complicidad con los fieles.

En Celles, Hevia y Martínez oficiaron primero una misa, y acto seguido compartieron un pincheo en el que los fieles hicieron entrega a Martínez de una agenda grabada con una dedicatoria de todos los vecinos. El encuentro sirvió además a varios fieles para conocer de una manera más personal a Hevia, a quien revelaron una simpática anécdota: días atrás, desapareció la imagen de San Juan Bautista de la iglesia de Celles. Los fieles pensaron que había sido robada e interpusieron una denuncia. Pero unos días después, al colocar un florero en la hornacina vacía, éste desapareció y se descubrió la verdad: el santo se había caído dentro del propio retablo, que había cedido en esa parte. "El santo milagroso de Celles, que aparece y desaparece", bromearon.

En la Pola, cientos de fieles abarrotaron la iglesia parroquial para la misa de las siete, que culminó cuando todo el templo cantó a Martínez "Adiós con el corazón". "Estoy abrumado, me habéis dejado sin palabras. Nunca os olvidaré", afirmó el sacerdote. Tras el oficio, los fieles celebraron un convite en honor del sacerdote.