La concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Siero, Natividad Álvarez, asegura que el Consistorio "puso todos sus medios" para tratar de ayudar a los vecinos afectados por el desalojo de las viviendas de la barriada de Pumarabule desde que recibieron el aviso del incidente, en torno a las ocho y cuarto de la mañana del miércoles.

Álvarez señala que se facilitó estancia a dos de las familias afectadas en el Hotel Lóriga de la Pola, mientras Urbanismo se encargaba de examinar los daños del edificio para conocer su alcance, al mismo tiempo que Bienestar Social inició gestiones para buscar viviendas de emergencia que pudieran acoger a los afectados hasta que se conociera el estado del inmueble afectado por el derrumbe.

A este respecto, la edil señala que el personal de su departamento ya estaba en camino con uno de los afectados para enseñarle una de las viviendas disponibles cuando se conoció el informe del aparejador municipal, Javier Pérez, que señala que la estructura del edificio no se vio afectada por el derrumbe ocasionado en el sótano. Un documento que, por otra parte, llevó a Bienestar Social a desactivar las gestiones que estaba realizando para recolocar a los afectados en otras viviendas.

Un procedimiento iniciado a partir de un informe de la Policía Local y seguido por iniciativa de la propia edil, ante la ausencia de un protocolo de emergencia, cuya necesidad ya fue puesta de manifiesto tras el desalojo de las mismas viviendas y otras más en 2009. Situación que vuelve a quedar patente ocho años después y que lleva al gobierno local a plantearse la posibilidad de impulsar dicho protocolo.