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Este Desarme traspasa fronteras

El clásico menú ovetense de garbanzos con bacalao, callos y arroz con leche triunfa en los restaurantes del área central de la región

Por la izquierda, Estela Fernández, Teresa Álvarez, Carmen Rodríguez, Santi da Veiga, Ángel Fernández, Aurelio Suárez, José Antonio Suárez, Nino Castro, Ánxel Álvarez, Carmen Menéndez, Mari Luz Álvarez, María Teresa Álvarez, Conchita Giganto y Carmen Díaz, en Noreña. lucas blanco

El menú ovetense del Desarme se ha lanzado a conquistar nuevos mundos. De momento ya lo ha logrado en los municipios vecinos de Siero, Noreña y Llanera. Así lo constatan tanto los comensales que llenan las mesas como los propietarios de los restaurantes, afanados estos días en preparar kilos y kilos de garbanzos con bacalao, callos y arroz con leche.

"Cada año va a más". Mayte Martínez, que regenta El Casero de la Villa Condal en Noreña, introdujo el Desarme en su menú cuando cogió el restaurante. Desde entonces, subraya, la celebración tiene cada vez mayor aceptación. "Al principio chocó un poco. El primer año tuvimos varios clientes; el segundo año creció bastante, y este año tenemos numerosas reservas", explica.

Para hacer frente a esas reservas y a lo que pueda venir, el chef del restaurante noreñense, Paco Berlanga, preparó 14 kilos de garbanzos y 60 de callos, un plato que en Noreña es casi una religión. "De callos tenemos que hacer más porque se comen todo el año, y la gente nos los pide, independientemente de que vaya en el menú", explica Berlanga.

Entre los numerosos comensales que atrajo el Desarme al restaurante noreñense había un nutrido grupo formado por matrimonios y dominado por profesores retirados. Había gente de León, Oviedo, El Huerna y Vegadeo, entre otros lugares. Este grupo de amigos se reúne, desde hace muchos años, para comer el Desarme, cada vez en un sitio distinto. "Estamos abiertos a sugerencias para el año que viene", comentaba Aurelio Suárez, mientras degustaba con pasión unos garbanzos con bacalao. Al igual que los rectores del restaurante noreñense, los propietarios de La Costana, en Granda (Siero), también introdujeron el Desarme desde la misma inauguración del local. Sólo que ellos llevan más años trabajando esta jornada gastronómica: "Somos de la familia que abrió El Panduku en el año 1972. Y desde el primer año servimos Desarme. Así que, cuando abrimos La Costana, en 1999, también empezamos", explica Antonio Paradelo. En su caso, además, su proximidad a Oviedo hace que la celebración tenga una resonancia aún mayor: "Aunque somos de Siero, estamos más cerca de Oviedo que de la Pola, que es la capital del concejo. Por eso es una fiesta gastronómica de toda la vida aquí", reflexiona Paradelo.

En esta edición de la fiesta, el restaurador sierense aprecia distintos flujos de comensales con respecto a otras ediciones, algo que atribuye a la temporada de celebración en la capital. "Teníamos más reservas para el viernes que para el miércoles, pero en todo caso hay movimiento. Esta fiesta se mueve mucho siempre, porque hay muchas reuniones de amigos y de compañeros de trabajo", sostiene. Como complemento al menú, Paradelo sirve también un Rioja crianza, aunque precisa que le gustaría introducir un caldo asturiano: "Creo que el vino de Cangas podría encajar con este menú, aunque haría falta que incrementaran un poco la producción", concluye.

El "Desarme" corre como la pólvora por toda la geografía asturiana, y el concejo de Llanera es otro de los que ha puesto las miras en esta oferta gastronómica, con la intención de continuar la costumbre carbayona y aprovecharla como impulso económico. "La historia de estos platos parte de Oviedo, pero se ha expandido a Gijón, Avilés e incluso a Madrid", asegura Servando López, hostelero con más de 60 años de experiencia, quien durante estos días ofrece el menú en la parrilla Cañal de San Cucao. "De primero, garbanzos con espinacas y bacalao, de segundo callos y de postre arroz con leche". Los comensales Santos Díaz y José Emilio Roza atestiguan que los platos lograrían revivir a todo un ejército.

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