Los vecinos de Sariego Muerto en Villaviciosa están encantados porque por fin han conseguir el reto que se habían propuesto: devolver al campanario de su iglesia la campana que le faltaba para quedar completo. Cuando el año pasado realizaron mejoras y rehabilitaron el templo, lo celebraron con una misa el día de la fiesta de la virgen de la Ascensión. Pero en la mente de todos estaba que faltaba colocar la guinda al pastel. Quedaba pendiente una segunda campana para el campanario, que ya tenía otra, para que así la iglesia de Santa María quedara lista. Tuvieron que esperar porque el presupuesto no les alcanzó.
Han tenido que invertir unos 3.000 euros, apuntó el párroco, Manuel Robles, que está muy contento con la implicación de los vecinos. Recientemente unieron fuerzas para lograr mejorar de forma notable este templo románico del siglo XII. Se pintó el edificio, se colocó un vía crucis y una lámpara, además de reparar las puertas y poner a punto el cementerio. La obra costó unos 2.000 euros. Además, fueron también los propios vecinos los que costearon la adquisición de la talla de la virgen de la Ascensión en su día, a la que honrar sacando en procesión y en cuyo honor celebran su fiesta.
El trabajo en comunidad de estos vecinos no pasa desapercibido y ya fue reconocido hace años por la asociación Cubera, que le concedió el premio "Aldea más Guapa" por saber unir esfuerzos por el bien del pueblo.
Ahora han vuelto hacerlo para conseguir que su iglesia haya quedado completamente arreglada. Faltaba una segunda campana y ya luce en el campanario. Esperan celebrarlo por todo lo alto cuando les visite el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. La ocasión bien lo merece.
