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Los museos en Siero

Hórreos mini en Ferrera

Los escolares son los principales visitantes de un centro que reúne 37 maquetas artesanas con estilos de toda Asturias

Hórreos mini en Ferrera

La fundación Consuelo Suárez Fonseca nació en Ferrera a raíz de una donación que la mujer que le da su nombre le hizo a su pueblo. Un edificio que incluía casa, cuadra y, a unos pocos metros, un hórreo. Los vecinos constituyeron la fundación y fueron arreglando todos los espacios, que se encontraban en malas condiciones, para realizar en ellos actividades lúdicas, sociales y culturales. Después de arreglar el edificio principal solo quedaba por rehabilitar el hórreo, una construcción que se encontraba en muy malas condiciones.

La fundación se puso manos a la obra, contrató a un restaurador y, bajo las directrices del Principado, reconstruyó el hórreo, que resultó tener una antigüedad de 200 años. La edad del edificio se supo por las tallas.

La restauración se llevó a cabo, manteniendo lo más posible el material original, y se aprovechó la ocasión para apartar unos metros el edificio de su ubicación habitual.

Una vez concluida la obra, la fundación decidió que el paso más lógico era darle un uso público al hórreo más allá del de almacén, y se optó por abrir el Museo del Hórreo en Miniatura (Muhomi). Según explica uno de los miembros de la fundación, José Manuel Argüelles, "la intención desde un principio fue que los hórreos fuesen totalmente artesanos, excluir los hórreos tipo souvenir de construcción industrial".

Comenzó entonces una búsqueda de ejemplares que consiguieron de muy distintas maneras. Algunos fueron donaciones, otros, encargos a artesanos por los que tuvieron que pagar. El museo abrió sus puertas en 2008, con una colección de 27 hórreos, de tamaños dispares y de materiales diversos, si bien predominaba, por encima de cualquier otro, la madera.

Su primera adquisición fue un hórreo realizado por José Luis Santos, del estilo de Villaviciosa (o de la zona centro) realizado por José Luis Santos. Tras él, llegaron muchos otros. En la colección predominan los hórreos típicos de la zona centro, pero también los hay representativos de otras muchas partes de Asturias. Hoy el museo cuenta con 37 ejemplares.

Hay un hórreo característico de la zona de Ponga, que tiene la peculiaridad del tejado a dos aguas, debido a su tamaño algo más pequeño que la media de construcciones de la región.

También hay representación de estilos típicos del Occidente, como los de techo de paja de la zona de Somiedo o de techo de pizarra de Taramundi o Los Oscos.

Y no faltan construcciones singulares como uno realizado totalmente con corchos de sidra, o curiosidades como una construcción sobre cuatro pilares que parecería un hórreo estilizado, llegado de la isla de Madagascar. Y en el centro de todos, una réplica fidelísima del propio hórreo que alberga el museo.

El único estilo que les queda por conseguir es el característico de la zona del Cabo de Peñas. La singularidad de esos hórreos todavía no está representada en la colección La presidenta de la fundación, Carmen Riesgo, destaca la vocación didáctica de la iniciativa. "Suelen venir grupos de niños de colegios de los concejos de alrededor, que no solo visitan el museo; además, en la sede de la fundación tenemos un hórreo desmontado para que ellos aprendan a montarlo y, de paso, conozcan sus partes y de qué está hecho", dijo.

Para visitar el museo es necesario solicitar cita en la Fundación. Solo así puede uno asomarse a este recorrido a escala por una parte inseparable de la historia y la etnografía de Asturias.

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