Aficionada a la pintura desde pequeña, y totalmente autodidacta, con la acuarela aprendió "que se podían hacer las cosas de otra manera". Comenzó realizando paisajes, "sobre todo marítimos", aunque ya más mayor viró hacia el cómic y la temática de terror, un género, bajo su punto de vista, "un tanto estigmatizado". Nacida en Avilés y ciudadana del mundo por imperativo laboral, Alicia de Mendieta (1985) tiene en Posada de Llanera su "punto de vuelta". Precisamente, en la que es su casa desde hace más de dos décadas está expuesta la muestra "Todo está olvidado", abierta al público en las casas de cultura de Posada y Lugo hasta el próximo 18 de octubre.
-¿Cómo pasa una artista de hacer paisajes en acuarela a dibujos de temática terrorífica con bolígrafo?
-Siempre me gustó, también de pequeña, pero estaba muy mal visto. Todo el mundo decía que era muy fúnebre y deprimente ese tema.
-¿Está la situación más normalizada en ese aspecto? Las películas, series y cómics de este estilo están en auge.
-Sí, y ahora también está Halloween, que está totalmente normalizado... Pero bueno, en muchos sitios me han dicho que es demasiado oscuro para exponer. El terror es un género que aún se considera como de segunda. Lo ven bien para cómics, pero no para una sala. Estoy muy agradecida al Ayuntamiento, porque me ha permitido exponer; pero sí es cierto que yo ofrecí la muestra en mayo, e inmediatamente me dijeron que para el Día de los Difuntos. Pero bueno, entiendo que en parte es normal.
-¿Y el cambio de técnica? ¿Por qué deja la acuarela por el boli?
-Soy profesora de español para extranjeros, por lo que, dependiendo, unos años estoy más aquí y otros menos. Cargar con un maletín de acuarelas es complicado, por no hablar de que coge humedad y su conservación es más complicado. Sin embargo, el bolígrafo común o la pluma son ideales, porque te permiten trabajar en cualquier lugar y momento.
-¿Bolígrafo común?
-Sí, bolígrafos BIC y también el clásico Pilot, que es el que más me gusta. De hecho, se consigue un efecto tan bueno que mucha gente no se da cuenta de que utilizo un material tan cotidiano. Sirve hasta para rematar cuadros. Aunque bueno, esto lo digo yo, que no tengo formación en Bellas Artes. Lo mismo me escucha un profesor y me da una galleta. Pero para mí la única diferencia es la comodidad y el precio.
-¿No se plantea formarse en ese sentido?
-Precisamente este verano hice un curso con Samuel Armas, que estuvo genial. Y también estoy mirando algo fuera de España, porque estudiar aquí es muy difícil y complicado; además de caro. Otro problema que tengo es que la mayoría de profesores son muy académicos, y yo, a mis 31 años, no tengo la mente tan abierta. Necesito algo que me guste mucho y que respete mi estilo, porque si no sé que lo voy a acabar dejando.
-¿Y vivir de su faceta artística?
-Por supuesto que me gustaría, pero es un poco lo mismo. Aquí es muy complicado. Aunque sí me gustaría llegar algún día a ilustrar algún libro de Poe o algún cómic de mi cosecha, que también escribo guiones.
-En Lugo su exposición comparte espacio con la biblioteca infantil. ¿Lo tiene en cuenta para elegir las obras, dada la temática?
-Un poco sí, llevé lo más "light". Por ejemplo, estoy preparando una exposición en Oviedo, que se abrirá el 10 de diciembre, en la que ya hay más temas con calaveras, desnudos... Además, en Llanera son casi todo dibujos, que a la gente parece darle menos miedo. Creo que lo enfocan como los TBO o historietas y ya les da igual. Pero por ejemplo, en mi casa tengo lienzos con manos y ojos grandes y cuando tengo visita a alguno le da mal rollo. Incluso le dan la vuelta a muchos de ellos.
