Un equipo de investigación de incendios con sede en León, del departamento de criminalística de la Guardia Civil, se encarga de determinar las causas que provocaron el incendio del lunes en Cazanes (Villaviciosa). Las llamas acabaron con la vida de María del Pilar Martínez Menéndez Peña, de 52 años, cuyo cuerpo apareció calcinado en el sótano de la casa rectoral, en la que residía de alquiler, junto a su hermana Isabel, de 70 años, que sufrió heridas graves y tuvo que ser trasladada desde Hospital Central de Asturias a la Unidad de Quemados del Hospital de la Paz, en Madrid, por el alcance de sus lesiones. Sus heridas son graves, pero se recupera.

Según relató la propia María Isabel Martínez Menéndez Peña el fuego se inició en el sofá y pudo deberse a un brasero próximo que tenían encedido en ese momento. No obstante, la unidad de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Gijón, que está llevando la investigación, se encargó de inspeccionar el lugar del incendio para determinar las causas de unas llamas que terminaron en tragedia en Cazanes. La voracidad del fuego fue tal que la casa rectoral, con unos 200 años de antigüedad, quedó completamente calcinada. Se deplomaron la techumbre y el primer piso hacia el sótano, que únicamente se accede por el exterior de la vivienda. Aquí fue donde aparecieron los restos sin vida y calcinados de la menor de estas hermanas gijonesas que llevaban unos ocho años afincadas en Cazanes.

Lo llamativo es que fue precisamente Pilar la que alertó de las llamas Isabel para que se pusiera a salvo. Ella salió corriendo a avisar a su vecino Rafael Cuesta para que diera la alarma a los bomberos y ya en ese momento echaba en falta a su hermana. No la encontraba y temía que pudiera haber quedado en el interior de la vivienda. Cuando la Guardia Civil y los bomberos llegaron lo primero que hicieron fue inspeccionar en la parte izquierda del inmueble, que aún no había sido alcanzada por las llamas, pero no había rastro de la mujer. Encontraron dos perros muertos por la inhalación de humos.

Los bomberos no lo tuvieron fácil porque la inestabilidad de la casa no les permetía acceder y tuvieron que sofocar el fuego desde el exterior y lograr asegurar la vivienda para desescombrar y entrar a buscar a Pilar. Fue uno de los bomberos quien, después de más de tres horas, vio que en el sótano, bajo la galería, había restos humanos. El forense ordenó el levantamiento del cadáver y la autopsia.