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Los mayores se pasan al "smartphone"

Un curso facilita a los vecinos de más edad el acercamiento a las nuevas tecnologías, de las que se interesan, sobre todo, por mensajes y juegos

"Tengo que depender del nieto o de los hijos". Este testimonio refleja la realidad generalizada entre los mayores de Villabona al enfrentarse a las nuevas tecnologías, especialmente el "smartphone". Para tratar de dar solución a este problema, el Ayuntamiento organizó el pasado miércoles un curso para familiarizar a los vecinos con el uso del teléfono móvil y "tratar de aprovecharlo para multitud de usos relacionados con la salud". En el curso participó una decena de vecinos, con la intención de "aprender cosas básicas como responder mensajes y añadir contactos en la agenda".

"Ahora tenía tres whatsapps, pero todos de lo mismo: 'Si me aprecias reenvía esta cadena a diez personas'. Pues conmigo lo llevan claro, paso de eso", aseguró María del Carmen Fernández, vecina de la parroquia y, sin duda, una de las más avezadas en el uso del "smartphone". "Mando mensajes, hago fotos... pero quiero aprender a mirar las esquelas o el tiempo; que antes me salía en la pantalla pero se me fue y no sé cómo ponerlo", explicó con humor la llanerense, quien buscó en el centro social de Villabona la ayuda que a veces es difícil hallar en casa. "Luego mis hijos no tienen ganas de enseñarme y me dicen: '¡Anda mamá!'. Y eso que torpe no soy", agregó entre risas.

"Yo no me manejo nada con esta topa que tengo aquí", aseguró, mientras mostraba un móvil de pantalla táctil, Guadalupe González. "Sé encenderlo, llamar y descolgar llamadas; pero poco más", prosiguió la vecina, quien recurre a su nieto como asesor en nuevas tecnologías. "Me lo pide para jugar y yo le digo que antes me enseñe a funcionar con él", afirmó González, quien también comenta, con humor, que su familia recurre mucho al "si no quieres aprender es tu culpa, yo ya cansé de explicarte".

Más modestos son los intereses de Juan Antonio Ardines. "Ni quiero whatsapp ni nada. Lo que pretendo es aprender a borrar números de la agenda, pasarlos a la memoria de la tarjeta y añadir nuevos contactos. Cosas básicas para funcionar mejor, con esto tengo bastante", aseguró. Sobre su resistencia al popular sistema de mensajería, Ardines la argumenta con humor: "Eso es para chavales, a mí estos dedos no me entran en la máquina. El que quiera hablar, que me llame".

Al frente de la clase estuvo Teresa Menéndez, de la asociación "Abierto Asturias". "Es un programa que estamos llevando a cabo en la zona rural de Asturias y que, hasta el momento, ha tenido muy buena aceptación", aseguró la profesora, quien destaca que el interés por aprender a manejar el "smartphone" es mayor en las pequeñas parroquias que en los grandes núcleos urbanos. "Todo lo que tenga que ver con mensajería y juegos es lo que más llama la atención. También notamos que les empiezan a interesar mucho las aplicaciones móviles".

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