El centro cultural de La Fresneda se quedó pequeño para acoger la charla del profesor, escritor y conferenciante Victor Küppers. Y no es una hipérbole: un buen número de personas tuvo que quedarse fuera porque el aforo no daba para más. El Patronato Deportivo Municipal (PDM), organizador del acto, se vio obligado a permitir gente en los pasillos y, cuando estos estuvieron llenos, tuvo que dejar público a las puertas. No todo el mundo se lo tomó bien. "Yo vine desde Oviedo y me llevé un chasco tremendo; nunca lo había visto en directo y me apestecía muchísimo porque es un grande", manifestó Raúl Blanco poco antes de volverse por donde había venido.

El director del Patronato, Virginio Ramírez, pidió disculpas a los que quedaron fuera y a los de dentro les aseguró que en el día de ayer contemplarían "dos fenómenos: la superluna y Victor Küppers". Y a juzgar por las reacciones, la mayoría del público estuvo de acuerdo.

El conferenciante, después de declarar que él no es ningún experto, sino que transmite ideas y conceptos comprobados empíricamente por personas que sí lo son, advirtió de que la mayoría de las cosas que expondría ya las sabía todo el mundo. Pero una cosa es saber y otra aplicar ese conocimiento. "La diferencia entre el crack y el chusquero no está en saber, está en hacer", proclamó.

Y expresó en una fórmula en qué consiste, para él, el valor de las personas. Por una parte están los conocimientos y las habilidades, y por otra, la actitud. Y mientras que conocimiento y habilidad son importantes, y suman, "la actitud multiplica", porque "lo es todo".

"Cuando pierdo el ánimo, lo pierdo todo", dijo, y sostuvo que en España "estamos muy tarados" porque "cuesta mucho ver a gente sonreír; cada vez hay menos gente alegre". Y una de las razones es el entorno: "si hiciéramos una lista de las palabras que más hemos escuchado en los últimos años serían crisis, paro, corrupción, déficit y recortes", y a todo eso se suman los problemas del trabajo o los de la gente que ha perdido su trabajo. Frente a todo eso, él dice que "hay dos opciones: resignarse o luchar contracorriente para vivir con ilusión, con alegría, lo que, por supuesto, es muchos más difícil pero se puede hacer y vale la pena".

Asimismo, Küppers animó a cuidar lo más importante, que son las relaciones humanas, con cariño y tiempo; a ser amable, porque es una fuente de felicidad; a relativizar los problemas distinguiendo entre dramas (enfermedades graves, muerte de seres queridos, problemas económicos graves) y circunstancias a resolver, que son todas las demás, y que deberíamos tomarnos con más alegría.

Todo esto lo expuso Küppers trufado de anécdotas y con mucho humor, y el público se fue encantado. "Es muy bueno; todo el mundo debería asistir a una charla como esta al menos una vez al mes", comentó, tras el encuentro, el ovetense Ignacio Garrido.