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Grado afronta el incremento de la plusvalía, al cesar la bonificación, "sin alternativa"

IU afirma que estudiará si es posible alguna medida para suavizar la subida

La venta de un inmueble de segunda mano o un solar, su herencia o donación costará en el concejo de Grado el doble a partir de 2017. La subida se debe a que finaliza el período de cinco años en los que estuvo activa la bonificación del impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana, conocido como plusvalía municipal. Una medida transitoria a la que se acogió el Ayuntamiento de Grado en 2012 tras realizar la revisión catastral y que supuso una rebaja del 50 por ciento en el impuesto, una ventaja que expirará el próximo 31 de diciembre.

En Grado, el equipo de gobierno de IU afronta el final de la bonificación de la plusvalía "sin alternativas", reconoce Plácido Rodríguez, edil de Comunicación. De momento no se decidido ninguna medida para paliar el incremento del impuesto, aunque Rodríguez indica que van a estudiar las posibilidades con el servicio de Intervención y Tesorería. En cualquier caso, admite que les preocupan más otros impuestos que afectan al conjunto de los moscones.

La plusvalía municipal es el impuesto que grava el incremento del valor que ha tenido el suelo entre el momento de la adquisición y el de la transmisión, y lo pagan aquellas personas que venden una vivienda de segunda mano o un solar, o a aquellos que los reciben en una herencia o quienes los donan. Un aumento que se calcula tomando como base el valor catastral del suelo y aplicando un tipo de gravamen que puede llegar al 30 por ciento. Grado fue uno de los seis concejos asturianos que se acogieron a la bonificación transitoria de este impuesto junto a Avilés, Oviedo, Gozón, Carreño y Tineo.

En diciembre finaliza el plazo de bonificación y los moscones pasarán a pagar el impuesto al completo, pero esa escalada se puede amortiguar con una decisión política, rebajando el tipo de gravamen del tributo o sobre los coeficientes con los que se calcula el incremento del valor del suelo. Así lo hizo el Ayuntamiento de Gijón al final del plazo de cinco años en el que estuvo en vigor la reducción de los valores catastrales, rebajando el tipo de gravamen del máximo (30 por ciento) al 15 por ciento.

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