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La melodía del Cristo de Candás supera en más de un 40% el ruido máximo permitido

"Es un alivio, espero que hagan algo", asegura el demandante "No es normal que se cambie una costumbre por una persona", clama otra vecina

La iglesia de San Félix. I. G.

El anuncio horario y la melodía del Cristo, que suenan cada hora en la iglesia de San Félix de Candás, rebasan en más de un 40 por ciento el máximo permitido por la ley en horario nocturno. Así lo confirma un informe externo solicitado por el Ayuntamiento el pasado verano, tras requerimiento de un vecino, a quien el sonido impedía descansar y conciliar el sueño.

"Es un alivio y una buena noticia. Espero que ahora hagan algo. Creo que es el Ayuntamiento quien tiene que hacer que se cumpla la normativa en el concejo", destaca el afectado, que prefiere mantener su identidad en el anonimato. "No sé cómo se va a solucionar. Llegué a proponer que yo me hacía cargo de los costes de modernización del mecanismo de la parroquia para que rebajar el volumen por las noches, pero nada. Ahora a ver qué solución encuentran", abunda el demandante, que reside en Candás cuatro meses al año.

Según el informe elaborado por la empresa Ingeniería Acústica 3, con fecha de 22 de agosto del presente año, se tomaron dos mediciones en el exterior del templo. Una a medianoche, y otra a la 1. En ambos casos el sonido de la torre del reloj de la iglesia habría superado el máximo legal fijado por la normativa vigente.

La medición realizada según la legislación del Principado arrojó un resultado de 66 decibelios ponderados en las proximidades del inmueble del afectado, cuando la normativa prohíbe que el ruido exceda de 45 decibelios pasadas las 22 horas. Es decir, el ruido de la melodía es superior a lo permitido en un 46 por ciento.

La otra medición, que se llevó a cabo siguiendo los parámetros de la legislación estatal, también excedió lo permitido. Esta norma sitúa el máximo en 50 decibelios, y se registraron 72, esto es, un 44 por ciento por encima.

Tras la reclamación del vecino afectado por los ruidos, el pueblo de Candás se movilizó para proteger la melodía de la torre del reloj. Incluso algunos vecinos se propusieron recoger firmas, como muestra de apoyo "a la tradición", llegando a recolectar más de un millar y medio en sólo diez días.

"No me parece normal que por una persona recién llegada al pueblo haya que cambiar una costumbre. Como tampoco me parece normal que el afectado no haya dejado medir en su casa, como dicen que hizo", explica una vecina que colaboró activamente en la recogida de firmas para mantener la sintonía de la iglesia y que prefiere mantener el anonimato. "Lo peor de todo es que el hombre seguirá sin dormir. Ahora le molestaban las campanas, pero mañana será el camión de la basura o una furgoneta de reparto", lamenta la candasina, que también vive "a escasos metros del templo" ya la que "nunca" le han molestado las campanas. "Le doy mi enhorabuena. Ha conseguido que todo un pueblo se adapte a él", sentencia.

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