Bimenes celebró la fiesta de su patrona, Santa Bárbara, en la localidad de Piñera con una misa seguida de un homenaje al minero jubilado de más edad, que en esta ocasión le correspondió a Cándido Estrada Vigón, nacido en Suares en 1926.

Fue el alcalde, Aitor García, el encargado de glosar su biografía, siempre relacionada con la mina. El homenajeado era el mayor de cinco hermanos. Estudió en San Julián y en Suares aunque, en palabras del alcalde, "pasó su niñez ayudando en las labores domésticas de la agricultura y ganadería".

Su entrada en la mina, como también solía ser habitual por aquella época, fue temprana. En el año 1942, con tan solo 16 años, comenzó en la mina de La Encarná, en San Martín del Rey Aurelio, y posteriormente trabajó en la Mina Rufina, en Langreo, y en Pumarabule, en Siero.

Se jubiló en 1972, tras treinta años de dedicación, sin haber sufrido ningún contratiempo significativo. Eso sí, la tragedia le tocó de cerca. Un compañero, vecino de la Texuca, murió en la mina justo en el mismo relevo en el que estaba Cándido Estrada. Aquejado de silicosis, "Canín", que es como lo llaman los vecinos, recibió con muy buen ánimo el homenaje, y tuvo tiempo de saludar a viejos amigos y excompañeros de la mina. El alcalde le entregó un reloj de mano en nombre del municipio.

Por otra parte, el alcalde recordó la labor de Margarita Canteli, fallecida vecina de la zona, y le entregó a su hija, Olga Ordóñez, una placa en su memoria.

Tras el acto honorífico comenzó la puya'l ramu, que tuvo como protagonista, otra vez, al alcalde. Fue él quien se decidió a hacer la subasta en vista de que no había voluntarios. Y consiguió buenas ventas. Todos los roscos se vendieron muy bien: ninguno bajó su precio de veinte euros y el último, más disputado, llegó a costar 65. Tras la puya'l ramu, tuvo lugar un breve concierto del coro de la asociación de mujeres del concejo, que interpretó varias canciones populares y que concluyó su actuación con "Santa Bárbara Bendita". La fiesta acabó con un pincheo.