La seriedad y responsabilidad como receta para superar toda adversidad. Así se podrían resumir muy por encima los 80 años de vida de Jesús Carbajal, un vecino de Argüelles que supo salir adelante tras quedarse muy joven sin padres y que tras toda una vida de trabajo en el campo y como mecánico, ayer recibió un sentido homenaje de la Asociación de Vecinos de Argüelles, con motivo de su comida de fin de año en el restaurante La Fusta.

Socio y colaborador del colectivo desde hace muchos años, Carbajal se mostró muy agradecido por el reconocimiento, aunque también lo vivió con cierta tristeza. "Es algo que presta, pero lo malo es cuando piensas que los que recibieron el homenaje antes que yo están casi todos fallecidos", explicó antes de pasar al comedor en el que fue agasajado por sus vecinos.

Mayor de ocho hermanos varones, se quedó sin madre a los doce años y si padre a los 17. Eso no impidió que, a base de trabajo, todos saliesen hacia adelante, aprendiera el oficio de mecánico y se casara a los 24 años con Emma González, con la cual tuvo dos hijos, que de momento ya le han dado un nieto de cinco años llamado Marcos. "El mundo a cambiado mucho, pues antes para comer teníamos que trabajar la tierra o si no tocaba pasar hambre", explica un hombre que se muestra pesimista de cara al futuro. "Quieren cerrar el campo y cuando lo perdamos lo tendremos crudo, porque es de ahí de donde sale todo", sostiene sobre el progresivo abandono de la agricultura y la ganadería del que hace responsable a las administraciones. "La gente deja de trabajar la tierra porque son todo gastos, permisos y trabas", sostiene pesaroso.

De igual modo, este hombre que los vecinos califican como "serio, responsable y buena persona", se muestra muy crítico con la deriva que ha tomado la sociedad, sobre todo los jóvenes. "Me preocupa ver a críos y crías de 12 años bebiendo por beber porque eso no es diversión", comenta para luego añadir que "se ha perdido la esencia de lo que era salir a bailar bien agarrados".

Unos hábitos que contrapone a los llevados por él a lo largo de su vida. "Nunca fumé, bebí lo justo y eso con el paso de los años se nota", indica un hombre con una salud de hierro, que también recomienda los productos caseros. "Lo natural es lo sano", defiende mientras presume de nunca haber pesado más de 63 kilos y apunta a "la química" como culpable de la creciente obesidad.