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Quejas por el límite a 70 por hora desde hace meses en la autovía Gijón-Villaviciosa

Fomento asegura que hay obras para mantener la seguridad en los túneles y los conductores, molestos, no entienden la tardanza en acabarlas

Panel informativo de limitación de la velocidad antes del túnel de Niévares. MARIOLA MENÉNDEZ

Las quejas de quienes viajan con frecuencia entre Villaviciosa y Gijón por la autovía del Cantábrico son frecuentes. Se deben a que desde hace varios meses tienen que levantar el pie del acelerador a la altura del túnel de Niévares, aún en territorio maliayés, para reducir la velocidad a 70 kilómetros por hora. No se puede exceder hasta pasados unos kilómetros, tras el segundo túnel. Son los paneles luminosos los que piden circular "con precaución".

El problema es que los conductores se desconciertan porque después de pasar por este tramo un día tras otro no entienden las razones de esta limitación al no percatarse de ningún peligro aparente en la vía ni observar operarios trabajando en alguna obra. Fuentes del Ministerio de Fomento aseguran que sí están trabajando en cuestiones de seguridad, pero justifican que no sea evidente la presencia de trabajadores porque están actuando desde las casetas de control, por lo que pasan más desapercibidos.

Pero es una razón, que después de tantos meses, no convence a los usuarios. Así que el alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega, no dudó en pedir explicaciones al respecto ya en agosto. Hay que tener en cuenta que el flujo de vehículos entre Villaviciosa y Gijón es habitual porque son dos concejos vecinos con mucho intercambio. Además, es la principal vía de comunicación entre el oriente y el occidente asturianos.

El regidor apunta que las explicaciones que le dieron los responsables de Fomento fue que están realizando trabajos para diagnosticar unas averías, pero tenían previsto que estuvieran arregladas y "restablecer la normalidad en septiembre". Pero ya es diciembre y continua la limitación de 70. En la infraestructura de este paso de 2.387 metros bajo suelo maliayés funciona correctamente la iluminación y también la ventilación. El origen del problema está en un incendio que se produjo en junio, pues una sobretensión arruinó la mitad de los equipos de la estación remota que, desde San Miguel de Arroes, controlan los subsistemas de este túnel y el de Brañaviella. Los aparatos que se echaron a perder daban la medida del CO2 concentrado dentro del tubo y calibraban la turbiedad del paso. Estos datos sirven para regular la velocidad a la que deben funcionar los ventiladores. También resultaron afectadas parte de las videocámaras de control, que a su vez están conectadas al sistema de alertas.

Los técnicos del Ministerio de Fomento determinaron que aún sin estos medidores operativos el paso ofrece condiciones aceptables de seguridad. Para evitar desviar el tráfico en el tramo Grases-Infanzón afectado y más teniendo en cuenta que en verano la afluencia por el tramo se incrementa un 61%, Fomento decidió, como medida cautelar, limitar la velocidad para reducir las posibilidades de accidentes y también las emisiones de los vehículos. La restricción estaba prevista en el propio manual de explotación del túnel, afirman. Los túneles de Niévares entraron en servicio en 2004, como parte del tramo de 9,1 kilómetros de Grases-Infanzón, y han sido reparados en varias ocasiones. Los últimos trabajos, hace 3 años, obligaron a cortar el paso a grandes camiones.

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