Poco menos de un año después de ser agasajada y aplaudida por su ejemplaridad ante la adversidad, la joven Patricia Menéndez ve cómo los mismos que la animaron a seguir con su tenacidad le ponen las cosas más difíciles. Esta alumna de 2º de Bachillerato del IES Noreña se ha quedado sin los profesores de apoyo que le ayudan desde que cursaba 3º de la ESO, retirados por la misma Consejería de Educación que el año pasado le dio un reconocimiento por su buen rendimiento académico pese a sus limitaciones físicas.
La noticia pilló por sorpresa a toda la familia. La inspectora de la consejería anunciaba por escrito que el 10 de noviembre se le retiraban los profesores de apoyo que una hora por semana le ayudaban a tomar apuntes y realizar otras labores que su movilidad reducida provocada por una parálisis cerebral le impide realizar al mismo ritmo de sus compañeros. Un cambio que tanto ella como su entorno no entienden, más con el curso ya comenzado y perfectamente planificado.
La reacción familiar no se hizo esperar y su madre, la profesora Dolores Menéndez, trasladó dos escritos a diferentes instancias de la propia consejería, así como al propio director del centro, para pedirles que se restituyese la situación anterior. Sin embargo, tan sólo se obtuvo respuesta del director del centro y esta no fue la más satisfactoria. "Nos responde que es cosa de la inspectora y enumera las diferentes actuaciones realizadas para favorecer sus estudios", explica Menéndez, que reconoce haber encajado mal una respuesta en la que a su juicio "se da a entender que no necesita los apoyos".
Sobre las causas de este recorte en las prestaciones a la joven, la madre asegura que la inspección lo achaca a que el servicio de los profesores de apoyo no está incluido en la normativa vigente. Algo que considera que no es verídico y contraviene los derechos de las personas con discapacidad reconocidos por la ONU, así como las resoluciones de la propia consejería.
Si bien Patricia es suficientemente autónoma para desplazarse por sí misma y realizar muchas actividades, tiene algunas limitaciones que hacen necesaria una ayuda, explica su progenitora: "Desde 3º de la ESO es habitual que los exámenes los haga dictando las respuestas a los profesores de apoyo", dice Menéndez, que en ningún caso cree que ello conlleve ninguna ventaja a la hora de obtener mejores resultados académicos: "para nada le hacen los exámenes, sino que le permiten llegar a donde, por sus limitaciones, no puede".
De todos modos, aseguran que si bien existe esa orden desde el mes de noviembre, no está siendo acatada por los profesores, que se oponen radicalmente a la misma. "El apoyo se sigue prestando de una manera voluntaria porque son solidarios y conscientes de que los necesita", coinciden en señalar varias profesoras del centro.
Lo que sí se conserva de momento es el desdoble de la clase, de 28 alumnos, en dos grupos. Una medida tomada también desde hace años para facilitar la atención especial que requiere en algunas ocasiones Patricia, pero que la inspección considera ahora suficiente. Sin embargo, ello está trayendo consecuencias no sólo a la principal afectada, sino al resto de sus compañeros. "El tiempo de más que el profesor tiene que dedicar a Patricia lo pierde para atender al resto de compañeros", argumenta la madre de la alumna que aspira a ser psicóloga.
Por otra parte, compañeros y profesores lamentan que esta decisión de la administración regional llegue en un momento clave para el futuro de la joven, que en unos meses tendrá que afrontar las pruebas de acceso a la universidad. "Preocupa en qué condiciones y qué pruebas tendrá que afrontar y si estas estarán al alcance de sus capacidades motoras", advierte una profesora de su entorno.
Una situación que de alguna manera corta las alas de la joven, que a finales del pasado año mostraba su satisfacción por las facilidades encontradas desde todos los ámbitos para superar las barreras que le había impuesto la vida, ahora resquebrajadas.
