La Pola no se resigna a que los ladrones le amarguen las fiestas. Al menos, algunos vecinos no están dispuestos a tolerarlo y no dudan en jugarse el tipo para cortar por lo sano. Es el caso de una pareja que, poco antes de las diez de la noche del jueves, vio cómo un hombre de actitud sospechosa circulaba por la calle Ildefonso Sánchez del Río hasta Marquesa de Canillejas. Al ver que el individuo echaba a correr hacia un cajero en el que había dos personas, decidieron pasar a la acción. La chica gritó y el chico echó a correr, iniciando una persecución que le llevó a cruzar toda la villa, aunque el caco se dio a la fuga.

La pareja estaba en el coche cuando vio a un varón de mediana estatura en un portal apoyado contra el telefonillo. Este iba tapado hasta las cejas con un gorro de lana, una bufanda subida y un abrigo. Curiosamente, se encontraba en un portal situado casi enfrente de otra sucursal, en este caso de Caja Rural. Ante la extraña postura del hombre, la pareja decidió hacerle un pequeño seguimiento. Del portal fue calle abajo hacia Marquesa de Canillejas hasta que, de repente, cambió el ritmo y echó a correr hacia el cajero de Liberbank en el que había dos chicas. Al percatarse de sus intenciones comenzó la intervención. "Me puse muy nerviosa, empecé a gritar y mi novio empezó a seguirle", señala la testigo.

Al ver que había sido descubierto, el ladró decidió huir, pero no sin antes llegar a tocar a las chicas y mostrarles que iba armado. "Nosotros no llegamos a verlo, pero ellas aseguraron que se trataba de un cuchillo de grandes dimensiones", indica la chica, que vio cómo las asaltadas sufrían un ataque de pánico. "Les asustó tanto que una, al intentar huir, se llevó un golpe contra la pared que la dejó un poco fastidiada", relata.

Por su parte, el novio siguió al caco hasta la zona de La Isla, donde cesó su persecución al perderle de vista y ver inviable su captura. Este hecho no impidió que denunciaran los hechos tanto a la Policía Local como a la Nacional, que ya están investigando.

A pesar de que, finalmente, el caco no consiguió ningún botín, eso no evitó el susto a las afectadas, que jamás pensaron sufrir un asalto así "en una zona tan céntrica y a una hora tan prudente", según comentaban después.