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Los niños de Candás miran antes de cruzar

"Nos lo pasamos mejor que en clase", dicen los escolares de la seguridad vial que enseña el policía Vázquez, "el mejor del mundo"

El agente Vázquez, contando una historia a través de la perra "Tuca", ayer, en Candás. A. F. V.

Felisa la Tortuga, Andrés el Ciempiés y la perra Tuca enseñaron ayer a "mirar hacia los lados", "no irse con desconocidos si nos perdemos" o a "atarse bien los zapatos para evitar caídas" a los alumnos del colegio Poeta Antón de Mari Reguera de Candás. Todos estos personajes fueron encarnados por el agente de la Policía Local de Oviedo, José Vázquez, quien a base de imaginación, canciones y mucho entusiasmo consiguió hacer disfrutar -a la vez que aprendieron- a los escolares, que abandonaron el polivalente de La Baragaña habiéndose "reído y aprendido mucho".

"La intención es que los niños aprendan, se diviertan, y vean la figura del policía como una persona cercana; nada que ver con el ogro que nos pintan algunas veces", explicó Vázquez sobre su peculiar forma de enseñar educación vial a los chavales, un proyecto pionero a nivel nacional que puso en marcha "en 1995", y que, "tras haber recibido muchas críticos en los inicios", ya ha sido "copiado" por agentes de diferentes lugares de España.

Y con razón, porque los propósitos de Vázquez se cumplen. Además de encantados, los críos salían de La Baragaña con la lección bien aprendida. "Ahora sabemos ser educados con los mayores, mirar bien antes de cruzar y que si nos perdemos tenemos que quedarnos quietos", apuntó Mara Rubio, una de las alumnas de Educación Infantil que participó en el "primer pase" que ayer ofreció el agente.

"Es difícil captar la atención de los pequeños, sobre todo durante hora y media. Tienes que hacerlo todo muy entretenido y tratar de interpretar el lenguaje no verbal de los chavales", aseguró el agente tras su actuación para los alumnos de educación infantil, y antes de "enfrentarse" a los de primaria. "Cuando veo que hay uno que no para porque quiere ser protagonista, lo subo al escenario; y cuando veo que se empiezan a aburrir, trato de cambiar rápidamente", desveló.

Precisamente el aburrimiento fue lo que hizo a Vázquez cambiar de chip. "Estaba dando una lección y los niños se aburrían. Entonces decidí coger un trapo y ponerme a hablar como si fuese una marioneta. Me di cuenta que miraban más para el paño que para mí, y descubrí que ahí había un filón", recordó.

Desde entonces, "el policía más simpático del mundo", como así lo describía ayer alguno de los niños, compone sus propias canciones e historias para enseñar educación vial a todos los niños de Asturias. "Con mucho entusiasmo y poca vergüenza se hace de todo", comentó con humor Vázquez, quien antes de enfundarse el uniforme hizo sus pinitos en una popular emisora de radio.

Gracias esto, además de enseñar, consigue que todos los alumnos disfruten del rato. "Preferimos mucho más esto que ir a clase", gritaban ayer mientras se iban Alejandra Llaca y Carlota Antuña. No era para menos.

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