La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Siero, el tercero en número de llagares

El concejo presume de tradición sidrera con cerca de una veintena de bodegas que, además, se distinguen del resto de Asturias por contar con restaurante o bar

Javier Ramos (derecha) y José David Cabal Ramos, en la sidrería del llagar Fran. MARIOLA MENÉNDEZ

Se lo comentaron los alumnos del colegio de La Fresneda al alcalde, Ángel García, que no lo sabía: Siero es el tercer concejo de Asturias en número de llagares. Y no se equivocaron. Es el municipio con más bodegas de sidra profesional después de Gijón y Villaviciosa, por este orden. Siero ronda los 16, mientras que los otros dos andan por los 19.

Tiñana es precisamente uno de los lugares donde se ubica una cifra reseñable, unos seis. Es una cifra importante si se tiene en cuenta que su población está en torno a los 500 habitantes. José Palacio, de Sidra Viuda de Palacio, de Tiñana, lo vincula a la importante producción de manzana que hubo en su día. "El centro de Asturias, y Tiñana en concreto, era una zona muy manzanera, que hoy ya no es tanto", lamenta. Cree que esta circunstancia hizo surgir muchos llagares, la mayoría con una producción media que puede rondar el millón de litros. Destaca de Tiñana que es "céntrica y bien comunicada".

Javier Ramos Noriega, de Sidra Fran, en Lugones (Siero), reconoce que el concejo siempre ha tenido una destacable "tradición sidrera", que se sigue conservando hasta convertirlo en el tercer municipio asturiano con mayor número de llagares. El suyo cumplirá el año que viene cien años. Lo fundó Francisco Villanueva, tío de su padre, Víctor Ramos.

Una peculiaridad de Siero, en comparación con otros lugares de gran cultura sidrera, es que muchos llagares también tienen restaurante o sidrería. Es una forma de facilitar el consumo de su bebida acompañado de unas viandas porque la sidra es mejor beberla con algo de comida. No pueden faltar la tortilla, el lacón, la empanada o los fritos de bacalao, destaca Javier Ramos.

Es una línea de negocio similar a la sidrería vasca o "sagardotegi", como llaman en Euskadi a los establecimientos de las bodegas de sidra en los que los clientes además de probar la bebida espichada del tonel, a la voz de "txotx", tienen menús típicos de tortilla de bacalao, bacalao al pil pil y un buen chuletón. De postre, no faltan nueces con queso y membrillo. Son un importante gancho turístico, sobre todo, en Astigarraga (Guipúzcoa).

Javier Ramos destaca que a través de la sidrería han incrementado las ventas de bebida para llevar, pues el horario de atención al público es más amplio.

Compartir el artículo

stats