Ya es efectivo el traspaso de poderes en la subasta de San Antón en Coalla (Grado). Después de 32 años poniendo voz y animando las pujas, José Ramón Fernández dio paso ayer a las nuevas generaciones de la parroquia en la persona de José Manuel Carbajosa. "Muy bien, lo hizo perfectamente, estuvo años a mi lado y sabe por donde van los tiros", afirmó un orgulloso.

La subasta fue más floja que en las últimas ocasiones por menor afluencia de gente, pero no restó brillo a la fiesta, que un año más congregó a los ganaderos de la zona en busca de buenas reses. Comenzó con rapidez y con la lección bien aprendida: "No hay que sacar los productos muy altos para que la gente se anime a poner y hay que estar muy atento a las pujas porque vienen de cualquier lado", señaló Carbajosa. Eso sí, alrededor suya un poco de desconcierto. Tuvo que servirse él mismo el vino para seguir dando voz a la subasta de San Antón. Pero nada importa porque lo importantes es que "una tradición tan antigua y nuestra no quede en el olvido".

Fernández lo vio todo desde cerca y quedó satisfecho. "Me siento bien porque yo no quiero ser un carroza, hay que evolucionar y yo hice lo que pude". A lo que Carbajosa replicó: "Que no fue poco". De hecho, por algo la fiesta sigue en pie.

Y uno de los que nunca se pierde la subasta de San Antón es Camilo Fernández de Rubiano. Las mantecas que salieron a la puja fueron hechas por él y su mujer Olimpia. "Soy muy fan de San Antón y por eso nunca fallo, la manteca me la llevaron por 24 euros y la de mi mujer por 18 euros; será que se fían más de mí que de la muyer", bromeó.

Hubo de todo: mantecas, panes de escanda elaborados por las mujeres de Llauréu, chorizos, miel, tocinillos, pitos de caleya y una pareja de gochu asturcelta con un precio de salida de 90 euros, que finalmente se subastó por separado. Pero el momento cumbre de la jornada fue la puja de las seis novillas. José Manuel Suárez, de Las Regueras, se llevó uno de los animales que le gustó nada más llegar: "Es muy curiosa". Con ímpetu pujó hasta alcanzar el mayor precio del día, más de 300.000 de las antiguas pesetas.